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Especial 8M: una mirada económica

Cambiando estereotipos, cambiando la historia

Raquel Sánchez, presidenta de Paradores 
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Tribuna de Raquel Sánchez, presidenta de Paradores

Ser feminista, para mí, no es un simple atributo, es encarnar un compromiso inquebrantable con la justicia social y la igualdad real. Un compromiso que me mueve cada día, y que, como muchas mujeres, reivindico con especial dedicación este 8M. Porque debemos unir nuestra voz para que la agenda feminista esté presente en cada empresa -pública o privada-, en cada institución, en cada organismo y en cada rincón de la sociedad.

En Paradores, creemos que la transformación del liderazgo no es obra de una sola persona, sino el fruto de un esfuerzo colectivo. Nuestra apuesta por incrementar la presencia de mujeres en cargos directivos es el resultado de la suma de iniciativas y la convicción de muchas personas que, día a día, desafían estereotipos y promueven el cambio en nuestro entorno laboral. El turismo necesita más liderazgo femenino y, como empresa orgullosamente pública que somos, es nuestra responsabilidad ser un modelo para el sector con acciones concretas para dar las mismas oportunidades laborales a mujeres y hombres y ser una empresa más igualitaria, justa e inclusiva.

Pero la igualdad no es solo un imperativo ético, sino también una apuesta por la competitividad y la sostenibilidad económica. Estudios de organismos internacionales como la OCDE o el FMI han demostrado que la plena incorporación de la mujer al mercado laboral puede incrementar el PIB global en más de un 25%. En el sector turístico, donde las mujeres representan más del 50% de la fuerza laboral pero ocupan menos del 30% de los puestos de alta dirección, cerrar esta brecha es una oportunidad de crecimiento que no podemos desperdiciar. Las empresas con mayor diversidad de género en sus equipos directivos son más innovadoras, más resilientes y más rentables.

Durante años, mi trayectoria ha transcurrido en sectores tradicionalmente masculinizados –como los transportes, las infraestructuras y el turismo– y he sido testigo de cómo muchas veces el papel de la mujer ha quedado relegado por los prejuicios de género.

Pero en los últimos años, y gracias a las políticas públicas y días como el 8M, estamos afrontando este necesario cambio. El cambio de estereotipos no es fruto del azar, sino de una estrategia decidida que apuesta por la formación en igualdad, la promoción de oportunidades y la visibilización del talento femenino. Nuestra labor va más allá de alcanzar la paridad numérica, sino que impulsamos un liderazgo inclusivo que contribuya a derribar barreras y a construir un modelo económico más sostenible y equitativo.

En una democracia consolidada, resulta intolerable escuchar voces que minimizan la violencia de género, la brecha salarial y la desigualdad estructural. Retroceder es un lujo que no podemos permitirnos. La revolución de la equidad se escribe desde adentro, y nosotras estamos decididas a liderarla. Solo así, predicando con el ejemplo y trabajando incansablemente –no solo esta semana, ni únicamente en el 8M, sino cada día– construiremos una sociedad que, de una vez por todas, reconozca que la igualdad plena es un derecho inalienable y un motor imprescindible del desarrollo económico.