
Este miércoles se celebra el Consejo de Política Fiscal y Financiera, una reunión en la que la vicepresidenta María Jesús Montero presentará su propuesta de quitas de deuda a través del FLA a las comunidades autónomas.
De cara a este encuentro, la directriz marcada por Alberto Núñez Feijóo a sus barones es la de rechazar cualquier propuesta que haga el Gobierno. La posición del presidente del PP es comprensible ya que Montero utiliza el 'caramelo' de la quita de la deuda para no tratar los asuntos más importantes, que son la reforma de la financiación autonómica y el impacto que el concierto catalán tendrá en el resto de las regiones del país. No obstante, las CCAA del PP llevan dividas a esta importante cita. Tanto es así que al menos tres de ellas se abren a discutir los términos del sistema de quitas.
Andalucía aceptará acogerse a ella, siempre que Montero se abra a impulsar un fondo de nivelación que compense la infrafinanciación. Lo mismo ocurre con la Región de Murcia, que con las quitas podría ver como casi 2.400 millones del pasivo que acumula se evaporaría. Una cifra que repuntaría por encima de los 14.300 en el caso de la Comunidad Valenciana, que es la otra región popular que apuesta por negociar la condonación pese al rechazo de Génova.
Esta división también es comprensible. De ello se ha encargado la propia Montero al poner a las autonomías contra la espada y la pared al dejar caer que si no aceptan las quitas luego no podrán pedir más dinero para financiarse. Por si fuera poco, el margen de maniobra actual de las autonomías es muy limitado en un contexto en que su déficit no podrá superar el 0,1% mientras que no se apruebe una nueva senda fiscal.