Opinión

La recarga de vehículos eléctricos se consolida como el motor de crecimiento de la movilidad

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Oliver Wyman Forum acaba de publicar la nueva edición de su informe anual What Urban Mobility Will Look Like In 2035, en el que muestra cómo la movilidad urbana se encuentra en un proceso de transformación, impulsada por innovaciones tecnológicas, cambios regulatorios y consolidación del sector.

Para 2035, se prevé que la industria de la movilidad en Europa represente el 22% del mercado mundial, alcanzando un valor de aproximadamente 1,045 billones de euros (1,1 billones de dólares). Sin embargo, cada región avanza hacia la movilidad urbana sostenible con enfoques y ritmos variados, reflejando sus propias prioridades y contextos económicos y sociales.

En este sentido, Asia representa el mercado más grande y de más rápido crecimiento, impulsado por la alta digitalización y la popularidad de las alternativas a los automóviles privados; y Europa se posiciona en el segundo lugar, impulsada por los servicios digitales, especialmente en la recarga de vehículos eléctricos, previendo una tasa de crecimiento anual del 43% para 2035, y en los sistemas avanzados de asistencia al conductor (ADAS), con una previsión de crecimiento del 53% para ese año.

Este crecimiento se ha visto incrementado por las estrictas normativas para descarbonizar la movilidad, que están elevando una ya alta tasa de propiedad de vehículos eléctricos, y la actualización de las normativas de seguridad, que están haciendo obligatorias las funciones avanzadas de asistencia al conductor en los coches.

En este contexto, no podemos ignorar la reciente decisión de la Unión Europea de imponer aranceles a los vehículos eléctricos provenientes de China. Aunque estos aranceles buscan proteger a los fabricantes europeos frente a prácticas de precios que podrían considerarse desleales, también podrían ralentizar la adopción de vehículos eléctricos en el Viejo Continente al encarecer el acceso a opciones más asequibles para los consumidores.

Es un movimiento que, si bien refleja la preocupación por la competitividad local, pone a prueba la capacidad del mercado europeo para equilibrar sostenibilidad, innovación y accesibilidad económica en su transición hacia una movilidad limpia.

Por su parte, América del Norte también experimentará un crecimiento impulsado por los servicios digitales; mientras que Oriente Medio y África verán el mayor crecimiento en industrias como la micromovilidad y el ride-hailing (o servicios de movilidad por aplicación).

La recarga de vehículos eléctricos (VE) se consolida como el principal motor de crecimiento en el sector de la movilidad global, y es especialmente destacada en Europa. En 2023, las matriculaciones de vehículos eléctricos superaron los 3 millones, lo que representa un incremento del 20% en comparación con el año anterior, y casi el 25% de los consumidores interesados en adquirir un vehículo se inclinan por modelos eléctricos.

Para respaldar este crecimiento, la Unión Europea destinó aproximadamente 950 millones de euros a financiar la instalación de infraestructuras de combustibles alternativos, y la Comisión Europea, por su parte, anunció en 2024 una subvención de alrededor de 950 millones de euros para apoyar la infraestructura de recarga eléctrica y de hidrógeno.

Por otro lado, cabe destacar que la micromovilidad presenta una gran madurez en las ciudades europeas, que cuentan con amplias redes de transporte público y una elevada popularidad de los desplazamientos a pie y en bicicleta, con sólidas infraestructuras para este tipo de transporte. En este contexto, Madrid se sitúa entre las ciudades con mayor cantidad de ciclomotores compartidos a nivel mundial, con más de 5.000 vehículos en operación, reforzando su compromiso con un modelo de transporte urbano más limpio y eficiente.

Para que la movilidad urbana continúe creciendo, es esencial que las ciudades colaboren con el sector privado, que puede aportar datos y tecnología avanzada para facilitar su integración en el entorno urbano. El ecosistema de movilidad responde a nuevas demandas de los consumidores y regulaciones, lo que abre la puerta a actores no tradicionales en la creación de soluciones sostenibles.

De hecho, se prevé que para 2035 los vehículos privados representen algo menos de la mitad de las combinaciones modales globales, en comparación con el 66% en 2023, lo que apunta a un crecimiento en el uso de transporte público, la micromovilidad y la movilidad compartida

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