
En 2025, la digitalización ya no resulta un concepto novedoso, sino un imperativo ineludible para cualquier empresa que aspire a mantenerse competitiva. La tecnología es, sin lugar a dudas, un pilar fundamental para la eficiencia y el crecimiento de las pymes.
En este sentido, y según el estudio Future Ready Accountant, elaborado por Wolters Kluwer y que ofrece datos a nivel mundial, la adopción de tecnologías emergentes, en particular la inteligencia artificial (IA) y la computación en la nube, está redefiniendo la forma en que las asesorías fiscales y contables operan y aportan valor a sus clientes. Unos clientes que, en la mayoría de los casos, son pequeñas empresas y autónomos que dependen de estos profesionales para optimizar su gestión financiera, cumplir con sus obligaciones fiscales y adaptarse a un entorno cada vez más digitalizado y con una mayor complejidad normativa. La evolución tecnológica de los despachos profesionales, por tanto, no solo impulsa su propio crecimiento, sino que también se traduce en una mayor eficiencia y competitividad para el tejido empresarial en su conjunto y, más especialmente, para las pymes a las que prestan servicio.
El Future Ready Accountant destaca que el 57% de los profesionales fiscales y contables a nivel mundial consideran que la IA tendrá un impacto significativo en el sector y que, aunque su adopción aún está en sus primeras etapas, su potencial para mejorar la eficiencia y la toma de decisiones es innegable. En España, las expectativas que despierta la IA son todavía más elevadas: se elevan hasta el 65% los despachos profesionales que opinan que revolucionará el sector fiscal y contable. Entre las prioridades de integración de la IA destacan las comunicaciones con los clientes (67%), la automatización de la contabilidad (53%) y el uso de la IA en la investigación fiscal, contable y de auditoría (44%).
De esta forma, el estudio indica que la inteligencia artificial será una aliada estratégica fundamental de los despachos profesionales y de las pymes a las cuales prestan servicios en el futuro más inmediato, aunque también indica que la seguridad de los datos, la precisión de los algoritmos y los costes de implementación siguen siendo barreras importantes para su adopción generalizada. Aquellas empresas que han establecido políticas claras en torno a la IA tienden a percibirla de manera más positiva (84%) que aquellas que aún no han regulado su uso (44%), lo que constituye un factor clave para las pymes: contar con una estrategia definida para la incorporación de la IA puede ser determinante para maximizar sus beneficios y minimizar los riesgos.
La digitalización de procesos es otro de los grandes factores de cambio para los despachos profesionales: el 62% ya utilizan tecnología en la nube, lo que les permite operar de manera más eficiente y responder con agilidad a las demandas del mercado y de sus propios clientes. Además, el 57% de los encuestados afirman haber integrado significativamente la tecnología en sus operaciones y aquellos con una integración superior al 75% han registrado un crecimiento de ingresos del 78%, en comparación con el 46% de aquellos con menor nivel de digitalización. La migración a la nube puede constituir una gran ventaja para las pymes: según el Future Ready Accountant, más del 74% de los despachos que utilizan la nube han registrado un aumento de su rentabilidad, lo que relaciona el entorno cloud con el crecimiento empresarial y demuestra que esta tecnología no sólo mejora la eficiencia operativa, sino que también impulsa la satisfacción del cliente y la capacidad de innovación.
Estos datos refuerzan la idea de que la transformación digital no es solo una ventaja competitiva, sino una necesidad para garantizar la sostenibilidad y la competitividad del tejido empresarial; para las pymes, invertir en herramientas digitales que mejoren la gestión financiera, la automatización de procesos y la interacción con los clientes puede marcar la diferencia entre estancarse o crecer. Tal como ya indicaba el Barómetro de la Asesoría 2024, la radiografía del sector del despacho profesional en España elaborada por Wolters Kluwer, el estudio internacional también detecta una evolución del rol del asesor, que está dejando atrás el papel de mero gestor de las obligaciones normativas de las empresas para ejercer más de consultor con servicios de asesoramiento: actualmente, el 83% de los despachos ya incluyen servicios de asesoramiento en su oferta y un 20% adicional planea expandirlos en el corto plazo, dibujando el camino hacia la consultoría estratégica.
De la misma forma, ambos estudios coinciden en señalar el déficit de talento y la complejidad normativa como dos de los grandes retos de los despachos profesionales: según el Future Ready Accountant, uno de los desafíos más importantes que afronta el sector a nivel mundial es la dificultad para atraer y retener talento cualificado: el 41% de las asesorías consideran que la escasez de talento impactará significativamente en los próximos cinco años, mientras que el 45% señala que este problema afecta directamente a su capacidad para satisfacer las demandas de los clientes. Para afrontar esta situación, muchas empresas están recurriendo a estrategias como el trabajo flexible (37%), la formación profesional (35%) y la mejora de la cultura empresarial (32%). Sin embargo, el 80% de los despachos también coinciden en que la tecnología ayuda a mitigar esta brecha, ya que permite automatizar tareas rutinarias y liberar a los equipos de trabajo para enfocarse en actividades de mayor valor añadido.
Avanzamos hacia un futuro impulsado por la tecnología, en que la planificación estratégica será clave para fortalecer la competitividad y el crecimiento de las pequeñas y medianas empresas. La innovación digital, desde la adopción del cloud hasta la integración de la inteligencia artificial, junto con una gestión eficaz del talento y la capacidad de adaptación a los cambios normativos, serán factores determinantes para mantenerse a la vanguardia en la era digital. En este contexto, los despachos profesionales juegan un papel fundamental, no solo como aliados en la gestión de las pymes, sino también como impulsores de su crecimiento y la competitividad, ayudándolas a aprovechar al máximo las oportunidades que ofrece la transformación digital.