
Como siempre digo, ofrecer perspectivas anuales supone un brindis al sol. Los economistas somos buenos explicando el pasado y más flojos haciendo predicciones. Lo cierto, y centrándonos en el S&P500, es que los analistas llevan dos años quedándose muy atrás de los niveles alcanzados al final de cada año y este 2025, todos los precios objetivo están por encima los 6.040 actuales, lo que nos hace ser algo más prudentes.
En octubre del 2022 se inició un mercado alcista muy potente por el pesimismo existente en el que muchos inversores arrojaron la toalla, y la señal fue tan fuerte como la del 1991, 2002-2003, 2009 o 2020, años en los que se marcó un suelo, y nacieron mercados alcistas de duración en años y rentabilidad.
El tercer año de un mercado alcista suele ser de transición y no es de los mejores, lo bueno es que si termina en positivo suele durar más años. La media de estos mercados fuertes suele ser de 67 meses y llevamos tan solo 25, con algunos de gran duración como el del 1987 (148 meses) o el del 2009 (131).
Regresando a la actualidad, podemos señalar que existen una serie de hechos, como la amplitud del mercado o la positivización de la curva de tipos, que han sucedido entre noviembre y diciembre que nos alientan a seguir moderadamente optimistas, ya que con un grado de al menos el 80% de las veces, el índice suele terminar positivo al final del año.
Para este 2025 queremos buscar oportunidades de inversión fuera de los "7 Magníficos", que hay algunos que nos gustan, pero vemos que si al 2023 le quitamos la rentabilidad que éstos aportaron pasa del 24.2% al 4.1%, y en el año 2024 pasa del 23.3% al 6.3%. Lo que nos indica que hay muchos valores y sectores que apenas han dado rentabilidad en estos dos años y son sólidos y buenos.
Apuntamos a dos zonas geográficas que nos pueden sorprender por valoración Europa y China. En el primer caso es la eterna promesa, pero suele hacerlo bien cuando el diferencial de rentabilidad ha sido tan alto como el ejercicio pasado, hecho que se ha repetido varias veces desde 1987, logrando al año o a los dos años siguientes superar al mercado americano.
Y China, porque pensamos que ofrece, para quién tenga algo de paciencia, una de las mejores oportunidades de mercado. Tras una crisis inmobiliaria que suponía antes de estallar el 30% del PIB, un confinamiento que ha sido el más largo de cualquier país y que duró 1000 días hasta enero del 2023, y una serie de medidas regulatorias en diversos sectores con la finalidad de aumentar la población a clase media y que provocó la estampida de los inversores institucionales internacionales, las bolsas cayeron en cuatro años entorno al 45-50%. En el último trimestre del año pasado, el gobierno empezó a tomar medidas y estímulos de todo tipo para dinamizar la economía, parando la criba bursátil. Así tenemos un mercado muy atractivo por valoraciones, que será la primera economía mundial en 20-25 años, siendo líder de los sectores del S.XXI (vehículo eléctrico, tren de alta velocidad, e-commerce, robótica, IA…).
Se han tomado medidas y se tomarán más a lo largo de este año. La tasa de ahorro está en máximos históricos, pero se necesita un catalizador para que los ciudadanos vuelvan a invertir. Pero es de destacar, que los inversores más avanzados que suelen acudir a los activos que nadie quiere cuando presentan buenos binomios de rentabilidad/riesgo, como pueden ser Howard Marks, Michael Burry o David Tepper entre otros, ya han tomado posiciones.
Riesgos tenemos de tres tipos: geopolíticos con los dos conflictos abiertos y un Trump llegado a la Casa Blanca que no dejará de sorprender; de valoración, determinados segmentos del mercado pueden haber corrido demasiado, y más con la aparición de DeepSeek y lo que esto conlleva; y macroeconómicos, ya que un repunte de la inflación o un descarrilamiento del crecimiento esperado haría tambalear los cimientos.
Por otro, lado tenemos muchas oportunidades. Se espera un leve pero mayor crecimiento económico, (es un deseo) podría producirse una desescalada, mercados atractivos como Europa y China, tipos de interés a la baja, beneficios empresariales al alza, y en el caso americano, una mayor desregulación.
A modo de guía, los principales puntos son:
1.- Estamos en un año de transición dentro de una tendencia alcista, pero que tenemos elementos cuantitativos que apuntan a que puede ser algo mejor que la consolidación esperada.
2.- Existen oportunidades fuera de las 7 magníficas (que no hay que desestimarlas, aunque no pensamos que lideren tanto como hasta hora). Sectores como salud, algunos cíclicos o big caps europeas que fueron castigadas el ejercicio pasado. China ha pasado de "uninvestable" a "too cheap to ignore".
3.- La tendencia está apuntalada por el incremento de los beneficios empresariales y los tipos de interés a la baja.
4- Los riesgos son de carácter geopolítico, macro y de valoración en algunos segmentos.
5.- Donald Trump va a provocar volatilidad a golpe de tweet o declaración como ya hemos visto este fin de semana.
6.- La estrategia tiene que ser comprar en correcciones, que las habrá, retrocesos del 5-10% todavía son oportunidades para sumarse a la tendencia.
El año que viene vemos, mientras nos adaptaremos.