
La IA y las energías renovables han crecido rápidamente en los últimos años. Estos avances se están produciendo en medio de un aumento de las tensiones geopolíticas, alimentadas por la rivalidad entre Estados Unidos y China, las guerras y los cambios en las alianzas mundiales.
Los inversores reconocen que la IA, las energías limpias y la geopolítica darán forma a la economía mundial, pero no se entienden bien las profundas interconexiones entre ellas.
La relación entre la IA, la transición energética y la geopolítica
Procesar una consulta ChatGPT consume más energía que una búsqueda en Google, y con el aumento previsto del uso de la IA generativa, la demanda de energía de los centros de datos podría crecer un 160% de aquí a 2030. Para satisfacer esta demanda de forma sostenible, la red eléctrica debe modernizarse para gestionar energías limpias, las empresas de servicios públicos deben impulsar la energía renovable y tecnologías como las baterías de alta capacidad deben avanzar. Sin embargo, los conflictos armados seguirán afectando a los precios y al suministro de energía.
La IA puede poner a prueba el sistema energético o contribuir a hacerlo más eficiente. Los inversores deben comprender estas dinámicas, ya que centrarse en un solo tema podría hacerles perder oportunidades e infravalorar los riesgos.
Oportunidades y retos para los inversores
A la hora de buscar oportunidades de inversión, es útil identificar las áreas en las que la innovación y el crecimiento son esenciales para el éxito de toda la empresa. El desarrollo de la IA requerirá un fuerte aumento de la electricidad disponible y de la capacidad de suministrar esa electricidad. Esto es especialmente cierto en el caso de las energías renovables. Alcanzar estos objetivos implicará cambios en el sistema de transmisión.
La transición a la energía limpia remodelará el mercado energético tradicional, con las empresas de servicios públicos en el centro. Las grandes empresas tecnológicas, motores clave del crecimiento de la IA, también tienen objetivos de energía limpia que pueden influir en las respuestas de las empresas de servicios públicos. Esto podría acelerar el desarrollo de las energías renovables, provocar nuevas innovaciones de energía limpia y ampliar los plazos de descarbonización de las empresas de servicios públicos, al tiempo que aumenta el papel del gas natural.
La desglobalización y la mayor atención de muchos países a la autosuficiencia pueden cambiar el lugar donde surgen las oportunidades de inversión. Las cadenas de suministro mundiales están cada vez más divididas, lo que repercute en toda la economía mundial. China está siguiendo un modelo de «doble circulación» para hacerse con el liderazgo en tecnologías críticas y ser autosuficiente, mientras que gran parte de Occidente busca «desproteger» las cadenas de suministro y mantener intactas sus propias ventajas tecnológicas sobre China, especialmente en lo que respecta a la IA. Esta tendencia no va a desaparecer. Podríamos ver una mayor demanda de chips y un aumento de la construcción de infraestructuras digitales debido a que los gobiernos mundiales persiguen el modelo de IA soberana a través de cadenas de suministro resistentes y autosuficientes.
Aprovechar la IA requerirá una construcción masiva de infraestructuras, con importantes oportunidades para aquellos que lo hagan bien, lo que podría dar forma al crecimiento económico y la geopolítica durante décadas. En la actualidad, los centros de datos de IA dan prioridad a una energía fiable y abundante frente al coste, pero el reto reside en utilizar energías renovables, como la solar y la eólica, para hacer funcionar estos sistemas. Por ahora se necesitarán soluciones híbridas, pero la cuestión clave para el futuro es quién y dónde construirá los centros de datos a escala de gigavatios necesarios para entrenar modelos avanzados de IA.
Preocupación porque la IA y la energía limpia agraven la desigualdad
La mayoría de la gente vive ahora en un país con una estrategia nacional de desarrollo de la IA. Muchos países también tienen un plan de juego para la energía limpia. Sin embargo, los efectos de estas dos revoluciones no serán los mismos en todas partes.
La potencia que exigen los nuevos sistemas de IA podría ampliar la brecha entre los países avanzados y los países en desarrollo. En general, la inversión seguirá desplazándose hacia los países desarrollados, lo que podría exacerbar la brecha entre el uso de la energía en los países avanzados y en desarrollo. Sin embargo, esta divergencia no es inevitable: es probable que veamos cómo muchos países intentan resolver estos problemas formando nuevas asociaciones tecnológicas, incluso en el Sur Global.