Madrid es el segundo destino urbano más atractivo del mundo según Euromonitor, solo por detrás de París. Nuestra ciudad alcanzó 11.200.000 visitantes en 2024, un 5,5 % más que el año anterior, con un 56 % de turistas internacionales que tuvieron un gasto de 16.141 millones de euros, un 21 % más que 2023. Estos datos, que confirman el mejor año turístico de Madrid, dan buena fe del potencial económico y social que tiene el turismo para nuestra ciudad. Este sector se ha convertido en un poderoso motor de desarrollo, beneficiando a más de sesenta actividades económicas y reforzando la reputación internacional de Madrid.
Para entender su transversalidad basta con imaginar a un turista que aterriza en Madrid-Barajas, compra un producto artesano en cualquiera de las tiendas de la ciudad, saborea la propuesta culinaria de alguno de los 29.840 establecimientos hosteleros, contempla el cielo de Madrid desde una azotea o visita una galería de arte contemporáneo en Carabanchel. En cada uno de esos pasos que da, el visitante está impulsando el comercio, la gastronomía, la cultura y, en definitiva, la vida de la ciudad.
Tan importante como celebrar este éxito es asumir la responsabilidad de gestionarlo. Es cierto que el turismo dinamiza la ciudad y es fuente de bienestar para los madrileños. Es tan cierto como los retos que genera a nivel de convivencia, sostenibilidad e identidad colectiva. Por ello, es imprescindible articular herramientas de gestión que nos permitan medir el impacto del turismo e integrarlo de forma armónica en la vida cotidiana de nuestra ciudad.
La experiencia de otras ciudades demuestra que un crecimiento turístico no planificado puede terminar por tensionar la relación entre visitantes y residentes. Madrid ha tomado buena nota. Precisamente por ello, las políticas actuales del consistorio buscan una convivencia entre visitantes y ciudadanos: espacios amables, un transporte público de calidad, más zonas verdes y una oferta cultural viva todo el año y que muestre la identidad de Madrid al mundo.
Madrid está impulsando un modelo de turismo de calidad con el plan estratégico 2024-2027. Apostamos por extender la oferta cultural y de ocio a nuevos barrios, al mismo tiempo que se estudia de forma rigurosa la presión turística para identificar oportunidades que fortalezcan el desarrollo local.
La ciudad ha sido valiente en el abordaje del fenómeno de los pisos turísticos. Con el Plan RESIDE, Madrid ha demostrado que es posible mejorar la convivencia entre vecinos y visitantes y defender el comercio local a la vez que se consolida el atractivo internacional de nuestro destino. Una gran ciudad para vivir es, naturalmente, una gran ciudad para visitar.
En estos últimos seis años, Madrid ha conseguido despertar el interés internacional y situarse como un destino global que seduce a millones de viajeros. Es un logro que debe llenarnos de orgullo, pero que también nos invita a asumir el desafío de gestionar de forma inteligente estos flujos de visitantes y redistribuirlos por toda la ciudad. Para ello, apostamos por la gastronomía, la promoción de eventos arraigados en nuestra historia y la creación de nuevas experiencias. En 2025, lanzaremos cinco nuevas rutas gastronómicas por distritos y pondremos en valor el legado de la Semana Santa madrileña, entre otras iniciativas.
Estas medidas se acompañan del uso de la inteligencia de datos, para conocer mejor el impacto de las actividades turísticas y grandes eventos, como la Fórmula 1, para optimizar así los recursos de promoción del destino.
La colaboración público-privada ha sido otro factor indispensable para modernizar la imagen de Madrid y posicionarla como un destino global. Los sectores económicos de la ciudad trabajan mano a mano con el Ayuntamiento para que la transformación de la ciudad sea coherente y sostenible, al tiempo que se conservan nuestras señas de identidad.
FITUR, con sus 250.000 asistentes y 156 países participantes, es el mejor escenario para presentar este proyecto de ciudad: un Madrid que mira hacia el futuro con ambición, pero que no olvida que ese futuro se forja desde la buena gestión. Con planificación, datos y colaboración permanente, lograremos un turismo en el que todos ganemos y que posicione a Madrid como una de las grandes capitales mundiales de la hospitalidad.