Firmado por: Jesús Moradillo, Socio y director general de Estrategia de Marketing Solutions en LLYC. Consejero de la AMKT.
En un mundo saturado de estímulos, los CEOs se enfrentan a un desafío cada vez más evidente: ¿cómo asegurar que cada euro invertido en marketing genere un retorno tangible y contribuya directamente al crecimiento de su negocio? La respuesta pasa por replantear el rol del marketing, del CMO y recuperar su peso estratégico en el C-Suite y, sobre todo, integrar capacidades que potencien su impacto.
En mi experiencia al frente de una agencia que combina el poder de los datos, la tecnología y la creatividad, he visto cómo esta integración no es solo deseable, sino imprescindible. Los CMOs que consiguen conectar estas capacidades en sus estrategias están liderando la transformación de sus organizaciones y, lo que es más importante, están logrando resultados medibles que repercuten directamente en el Ebitda. Pero no basta con buenas intenciones: el éxito depende, en gran medida, de contar con los partners adecuados. El CMO actual debe ir más allá de la ejecución táctica y convertirse en arquitecto del crecimiento. Para ello, necesita aliados estratégicos que integren capacidades técnicas y creativas.
No basta con agencias que solo planifiquen o sean creativas; se requiere un partner que combine ambas disciplinas para conectar las campañas con resultados reales. La creatividad es determinante: aporta más del 30% del rendimiento de una campaña. Sin ella, incluso las mejores estrategias de medios pierden impacto. Sin embargo, para que esa creatividad sea efectiva, debe estar respaldada por datos y ejecutada de manera integral, conectando la planificación, ejecución y medición en un solo flujo.
Elegir un partner adecuado es clave. Pocas agencias tienen la capacidad técnica para optimizar campañas y, a la vez, la visión creativa para ser relevantes. Un partner ideal entiende los datos, transforma insights en ideas impactantes y mide el retorno con precisión, asegurando decisiones orientadas al crecimiento. Esta integración genera ventajas competitivas sostenibles para las marcas y marca la diferencia en el valor de las compañías.
El marketing es un motor estratégico de valor, no como un centro de coste. Con el apoyo de tecnología y herramientas avanzadas, hoy es posible medir el impacto real de las campañas en el negocio y ajustarlas en tiempo real. Esto permite al CMO aportar claridad en la toma de decisiones, posicionándose como un aliado clave del CEO.
En este entorno competitivo, las marcas que apuesten por la integración de medios y creatividad estarán un paso adelante. El marketing, bien ejecutado, no solo impulsa ventas, sino que compone a largo plazo valor sostenible para la compañía. La clave está en empoderar al CMO con los recursos y partners necesarios para transformar las inversiones en resultados reales.