
Elon Musk se ha convertido en la punta de lanza de Donald Trump contra Europa. Así, el hombre más rico del mundo y asesor principal del próximo presidente de EEUU recurre a su red social X para interferir en procesos electorales como el alemán, apoyando a la formación ultraderechista AfD. Los ataques de Musk desestabilizan y debilitan a Europa en un momento económico difícil.
De hecho, su imperio empresarial desbarata las estrategias europeas en seguridad y gestión de datos. Todo un reto ante el que Bruselas solo puede oponer una débil defensa más allá del pataleo. Ello debido a una normativa que restringe la posibilidad de frenar a Musk al limitarse a exigir transparencia en el algoritmo de las redes sociales. Urgen medidas más contundentes para defender los intereses europeos frente al multimillonario.