Madrid
Nuestra sociedad tiene por delante enormes retos interconectados de sostenibilidad y resiliencia que llaman a grandes transformaciones. Podríamos considerar que tal vez esta pudiera ser la mayor necesidad innovadora de la historia. Pero estos mismos retos, por su naturaleza compleja, han de ser atendidos desde un nivel superior de complejidad, es decir, desde un pensamiento y trabajo sistémico. Como dijo Albert Einstein, ningún problema puede resolverse desde el mismo nivel de consciencia que lo ha creado. Y aquí aparece una poderosa conexión entre los territorios y el emprendimiento.
Por un lado, los territorios, ciudades, ruralidades sufren estos retos, y su exposición a amenazas cada vez mayores cambio climático, sostenibilidad energética y alimentaria, etc. no ha hecho más que empezar. Pero los territorios no solo demandan resiliencia y transición justa, sino que son parte fundamental de la solución: a medida que estos desafíos nos están ayudando a ganar en comprensión sistémica, estamos empezando a entender la realidad anidada en la que vivimos como un corazón anida en un cuerpo y evolucionan ambos en mutualidad, y a aprender que nuestras acciones, cuando no son regenerativas en su diseño, contribuyen al problema. En suma, la sostenibilidad ha de llegar lugar a lugar, y desde principios de diseño regenerativos.
Por otro lado, el emprendimiento se enfrenta a un doble reto: le es difícil, desde las formas en que opera y se financia desde sus primeras rondas de inversión, abordar las externalidades sistémicas. Y en su forma de trabajo es un enorme devorador de energía, recursos y talento: un 90% de las startups no sobrevive al tercer año, y esto, cuando el mundo está necesitado de estas enormes transformaciones.
Es crítico poder reconciliar esta necesidad transformadora global con una importante base local y un nuevo modelo de emprendimiento coherente con la naturaleza interconectada del mundo, pero ¿por dónde empezar?
Nuestra propuesta es trabajar en tres líneas complementarias: rediseñar la capacitación emprendedora, enfocarnos a las necesidades críticas de resiliencia y transformación de cada lugar, y ampliar la idea de acompañamiento / incubación de proyectos, de forma que el propio territorio se convierta en un ecosistema emprendedor transformador.
De este modo, el emprendimiento regenerativo va más allá de ser una simple herramienta de innovación por el lado de la oferta. Arropado así, sería parte de una estrategia para restaurar, regenerar y fortalecer tanto a las comunidades como a las economías locales. En un escenario marcado por la crisis climática, la escasez de recursos naturales y el aumento de las desigualdades sociales y económicas, este tipo de emprendimiento ofrece soluciones que, además de responder a los problemas inmediatos, promueven la creación de modelos económicos más inclusivos, resilientes y sostenibles a largo plazo.
El protagonismo de emprendedores
Los emprendedores e intra emprendedores locales tienen el poder de convertirse en motores de cambio que transformen su entorno. Los proyectos que nacen desde una visión regenerativa pueden dinamizar territorios, revitalizando tanto el tejido social como el económico.
Y es que la finalidad del emprendimiento regenerativo no es solo la consecución de la rentabilidad financiera a corto plazo, sino la búsqueda de soluciones y oportunidades que beneficien a todos los capitales involucrados: las comunidades, los ecosistemas naturales y sociales, y la economía local.
Para que un proyecto de emprendimiento regenerativo sea realmente eficaz, los emprendedores locales deben liderar desde una perspectiva responsable y en colaboración con diferentes actores del territorio: empresas, instituciones públicas y comunidades locales, entre otros.
Así, el emprendimiento se transforma en un proceso colectivo donde todos y cada uno de los participantes tiene un rol que enriquece al proyecto. Esto consigue que el impacto regenerativo se multiplique de manera exponencial y que las soluciones sean más inclusivas y adaptadas a las necesidades reales del territorio.
Transformación y adaptación
La mirada a acciones concretas como la iniciativa RegenERA Local, que se ha desarrollado ya en dos territorios distintos, reivindica lo local poniendo en valor su identidad propia, oportunidades de evolución y retos concretos.
Los modelos empresariales basados en la regeneración fomentan la creación de empleo local, la mejora de las infraestructuras y el impulso de la economía circular. El hecho de trabajar codo con codo con las comunidades locales les permite conocer de primera mano las necesidades existentes, para poder desarrollar herramientas y soluciones reales y eficientes que permitan contribuir a transformar las regiones en zonas más sostenibles y prósperas. Siguiendo todo esto, el emprendimiento regenerativo llevará a otro nivel la transformación territorial que necesitamos.