Opinión

Objetivo: reindustrializar España

  • Esta ley llega en un momento crucial para la resiliencia y competitividad en Europa

Existen evidencias científicas de que un sector manufacturero próspero es clave para aumentar la productividad y, por tanto, el crecimiento económico.

El Covid nos enseñó muchas lecciones. Una de ellas fue que Europa no tenía una cadena de valor integrada que fuese resiliente y autónoma en situaciones de crisis. Por ello, y para recibir el desembolso de los fondos europeos, el Gobierno de España ha atendido la demanda del sector industrial de elaborar una Ley de Industria que haga al sector más dinámico, facilitando su actividad e innovación.

En España, la industria manufacturera -sin el sector energético- representa actualmente el 12,3 por ciento del Valor Añadido Bruto de la economía española, un porcentaje inferior a los países de nuestro entorno, lo que hace que esta demanda del sector sea una necesidad.

En este sentido, el objetivo de la futura Ley –aprobada ya en Consejo de Ministros- es impulsar una nueva estrategia para incrementar el peso de la industria en nuestra economía y mejorar su competitividad y resiliencia. A lo largo del trámite parlamentario, que comienza ahora, veremos la importancia que los grupos políticos dan a nuestra industria.

Entre las propuestas incluidas en el Proyecto de Ley, destacan los instrumentos de política y gobernanza industrial, con la creación del Consejo Estatal de Política Industrial, un nuevo órgano consultivo; y la creación de la Conferencia Sectorial de Industria y Pyme, además del cambio de SEPIDES a empresa pública.

Y, como instrumento de atracción de inversiones, los PERTES seguirán siendo una herramienta para dibujar la industria clave del futuro. La Ley también creará una protección especial a la industria intensiva energética y una reserva estratégica de las capacidades nacionales de protección industrial.

Algo muy relevante es que no solo se centra en crear nuevas industrias, sino en proteger a las que ya tenemos, regulando que cualquier empresa que quiera irse de nuestro país tendrá que comunicarlo al Gobierno con nueve meses de antelación y será el Ejecutivo quien debe analizar, junto al diálogo social, todas las opciones de viabilidad para cuidar empleos, talento e industria, tratando de evitar que se marchen de nuestro país.

Esta Ley llega en un momento decisivo para la política industrial en Europa, con un sector de automoción gripado en Alemania, y en el que España está actuando como país de atracción de inversiones industriales estratégicas. De hecho, esta misma semana se ha conocido que Stellantis y Cat han elegido Zaragoza para invertir 4.100 millones de euros en la mayor planta de baterías en España.

España está de moda a nivel industrial porque somos una isla energética, gracias a las medidas que la ex vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, alcanzó en Bruselas el año pasado con ese histórico acuerdo de isla ibérica. Nuestra fuerza en energías verdes y los precios más elevados de la factura energética en otras economías nos hacen vivir un buen momento económico y ser atractivos, pese a que las derechas de nuestro país quieran dibujar un panorama de caos.

Frente a los bulos, los datos. La OCDE sitúa a España como la economía que mejor lo hizo en 2024, situándola a la cabeza de las 37 economías más avanzadas del mundo, por encima de Alemania, Francia, Italia o Estados Unidos. Esto indica que el sur de Europa tiene una tendencia económica muy positiva, posiblemente también como consecuencia de la industria del turismo. Quién le iba a decir a Francia, hace años, que actualmente su prima de riesgo sería muy similar a la griega. Eso demuestra que las economías del sur tienen un alto potencial de crecimiento industrial de cara al futuro.

En definitiva, los organismos internacionales están comprobando que España es un país que está haciendo una política económica e industrial inteligente, mirando no solo a la productividad, sino también a la cohesión social. Y el Gobierno de España está demostrando que la izquierda no solo sabe redistribuir sino también generar valor en la economía.

Negociar, trabajar y escuchar a los sectores industriales es lo que ahora tendremos que hacer en el Congreso, y espero que todos los grupos políticos podamos llegar a ese dialogo, tan lógico en la Cámara, pero que hoy es tan poco aplicado por la oposición de la derecha.

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