Opinión

Una economía en positivo

  • Hemos alcanzado su máximo de ocupación y población activa de la historia
  • España es la economía avanzada que más va a crecer por delante de Estados Unidos

La Encuesta de Población Activa (EPA), sobre el tercer trimestre publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), es la muestra de que nuestro país está siendo capaz de enlazar como vasos comunicantes el crecimiento económico, las grandes transformaciones digital y ecológica, y la creación de empleo, con una política económica ambiciosa, rigurosa y pegada a la realidad y a las necesidades productivas y laborales de nuestro país.

En el tercer trimestre de 2024, España ha alcanzado máximos de ocupación y población activa en la serie histórica. El número de personas ocupadas aumentó hasta los 21,82 millones de trabajadores, con la creación de 138.300 puestos de trabajo en el último trimestre. En términos desestacionalizados, la ocupación se situó en 21,66 millones de personas, 79.600 más que en el último trimestre.

Un empleo que es de mayor calidad, como se desprende del dato de que 15,6 millones de trabajadores tienen un contrato indefinido, la mayor cifra de la serie histórica, con 102.000 personas más con un empleo estable.

Un dato muy relevante es que hoy, en España, uno de cada dos contratos que se firman, son indefinidos; frente a uno de cada diez que se firmaban antes de la reforma laboral en 2021.También es importante destacar que cerca del 68 por ciento de la población edad de trabajar, entre 16 y 64 años, está ocupada, y que la población activa ha alcanzado los 24,5 millones de ocupados, la mayor cifra de la historia.

Todo ello, muestra no solo el buen estado del mercado laboral y del contexto económico que atraviesa España, sino también que hemos logrado dar la vuelta a la temporalidad, uno de los problemas que aquejaban a nuestro mercado de trabajo desde hace 40 años. Y, en la actualidad, la temporalidad se sitúa por primera vez por debajo de la media europea en el empleo privado.

Los datos desprenden otros indicadores aún más positivos que tener más personas trabajando que nunca en la historia de nuestro país. Por ejemplo, que el motor de la creación de empleo en nuestro país es actualmente el sector privado, alcanzando también otro máximo de ocupación, con casi 18,3 millones de personas, creando la totalidad del empleo en el último trimestre, y mostrando un mercado laboral más dinámico que en décadas anteriores.

En este contexto, es importante recordar que no solo se crea más empleo y de mejor calidad, sino que también progresivamente se está reduciendo el desempleo con el horizonte de alcanzar una tasa de paro estructural del 8 por ciento, que nos permita garantizar que nuestro país se encuentre en una situación de pleno empleo en 2027.

Así, la tasa de paro siguió bajando, hasta el 11,2 por ciento, la menor desde 2008, con una reducción de más de 67.700 personas en los últimos 3 meses, siendo especialmente significativa la reducción del desempleo femenino, que descendió el 5,3 por ciento en el tercer trimestre, hasta el 12,5 por ciento.

Hay elementos que han sido determinantes en esa reducción del desempleo femenino, de esa mayor creación de empleo estable para las mujeres, que son ya más de 10 millones de afiliadas y, por tanto, casi la mitad del mercado laboral en activo; y también de que la brecha salarial de género se haya reducido cinco puntos desde 2018. Sin duda, uno de ellos ha sido el incremento progresivo, en estos seis años, del salario mínimo interprofesional hasta alcanzar los 1.134 euros, un 54 por ciento más que en 2018 cuando se situaba en 735 euros porque ello ha beneficiado principalmente a trabajadores jóvenes y a mujeres que son quienes se sitúan en los niveles salariales más bajos.

A todos estos buenos datos de empleo, que son el mejor balance de un gobierno en estos más de cuarenta años de democracia, contribuyen también las buenas perspectivas económicas que determinan las previsiones de todos los organismos nacionales e internacionales, públicos y privado.

Desde FUNCAS, que sitúa el crecimiento del PIB en 2024 en el 3 por ciento, hasta el Fondo Monetario Internacional (FMI), que ha elevado estos días cinco décimas las previsiones de crecimiento para España hasta el 2,9 por ciento, situándonos como la economía avanzada que más va a crecer este año en el mundo por delante de Estados Unidos (2,8 por ciento) o de las principales economías europeas como Francia (1,3 por ciento, Reino Unido (1,1 por ciento), Italia (0,7 por ciento) o Alemania (0 por ciento).

En esta misma línea Eurostat ha confirmado que, en el segundo trimestre de 2024, España creció cuatro veces más que la media de la Unión Europea, y el INE ha situado la inflación en septiembre en el 1,5 por ciento, la menor en tres años y medio, y ha revisado al alza el crecimiento del PIB interanual hasta situarlo en el 3,1 por ciento.

Todo ello, demuestra que hoy la realidad económica de nuestro país sí va bien en base a los datos y no a expresiones grandilocuentes, desproporcionadas y desmesuradas de algunos dirigentes. Aquellos que aplaudían a José María Aznar cuando vaticinaba en 1997 que España iba bien al calor de la burbuja inmobiliaria y de la especulación, hoy niegan la evidencia que demuestra cada gráfico, cada estadística, sobre el contexto económico de la España real en 2024.

"Hacerse trampas al solitario", como dice la expresión tradicional, nunca es una buena opción cuando se trata de analizar la economía y sus perspectivas de futuro. Mal que les pese, España ahora sí va mejor que bien.

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