
Masorange ultima la elaboración de un plan estratégico junto a McKinsey que guiará los pasos de la teleco durante los dos próximos años. En cuanto al crecimiento, se centrará en el negocio corporativo, tanto en pequeñas y grandes empresas como en administraciones públicas.
Una estrategia positiva habida cuenta del amplio margen de mejora que Masorange tiene en este segmento. Asimismo, la compañía incrementa sus esfuerzos para reducir la deuda. En concreto aspira a pasar de una ratio de 4,6 veces ebitda a 3,5. Esta disminución permitiría a Masorange alcanzar el grado de inversión, lo que sería clave para que la teleco cumpliera su gran objetivo a medio plazo que es salir a bolsa. Un empeño al que esta hoja de ruta bien orientada contribuirá en gran medida.