La propuesta de jornada laboral de cuatro días semanales del PP se había ganado el rechazo de los empresarios y economistas. Una posición lógica ante una medida de difícil aplicación en sectores como la industria y que merma el rendimiento de los trabajadores, lo que supone un golpe para la productividad.
Pero ahora el presidente de los populares, Alberto Núñez Feijóo ha comenzado a descafeinar su propuesta al abogar por una jornada laboral flexible que sea negociada entre empresa y los representantes de los trabajadores. Así se lo está trasladando a los patronales. Rectificar es de sabios. De ahí que con este acertado giro de guión, Feijóo está reconociendo un error con una medida social populista que se alejaba de lo que se esperaba de un partido como el PP.
