
Stellantis y Aston Martin avisaron este lunes a los inversores de que se recorta sustancialmente el beneficio esperado para 2024, así como su márgenes que no superarán el 7% en el caso del grupo francés. Ambas firmas se unen así a Volkswagen, BMW y Mercedes que reconocieron anteriormente que tampoco alcanzarían sus objetivos de negocio previstos en enero.
Ante esta proliferación de revisiones a la baja de ganancias (profit warning), los analistas borran sus consejos de compra sobre el automóvil europeo, al tiempo que las compañías sufren en bolsa. Una reacción comprensible ante una industria que sufre la competencia de China y que solo con los aranceles que la UE plantea a los coches eléctricos asiáticos puede mejorar su situación a corto plazo.