
Grifols invertirá unos 360 millones para construir una central para su área de ingeniería en Barcelona. Las obras arrancarán el próximo ejercicio, pero la instalación de 5.000 metros cuadrados no estará operativa hasta finales de la década, al requerir los certificados de las autoridades sanitarias.
El objetivo de esta planta será solucionar los problemas industriales que surjan en el resto de sus instalaciones alrededor del mundo. Pero además, la rama de ingeniería del laboratorio se dedicará también a ofrecer el mismo servicio a las fábricas de sus rivales en el ámbito farmacéutico, como es el caso de Takeda, su principal competidor en el mercado plasmático. Grifols acierta al impulsar la diversificación de ingresos. También es positivo que al contrario que en el pasado ponga a España en el centro de sus inversiones.