
Los gobiernos liderados por Pedro Sánchez han ahondado en la práctica de ejecutivos precedentes de situar a personas afines al frente de las empresas públicas. Así desde que el presidente llegara a Moncloa en julio de 2018 se han realizado 45 nombramientos a dedo de presidentes.
Como resultado más de la mitad de las cúpulas directivas de las entidades participadas por el Estado están controladas por políticos cercanos al PSOEo al PSC. Vaya por delante que el paso de una persona por la política no es motivo para impedir su designación como responsable de una firma. Pero es evidente que la elección de directivos que realiza Sánchez en la que la afinidad política prima más que la gestión supone un hándicap para los entes públicos.