
Al menos diez países de la UE apuestan por reactivar sus planes en energía nuclear. Entre ellos Italia y Polonia, que no cuentan con centrales atómicas en operación.
Frente a este despliegue comunitario, España se convierte en una rara avis al ser el único estado, junto a Bélgica, que presenta planes de cierre de plantas. La tecnología nuclear es una fuente de generación limpia que sirve de soporte a las renovables cuando no sopla el viento ni hace sol. Esto aumenta la garantía de suministro en la UE y reduce la dependencia a materias primas como el gas. Resulta por ello adecuado que la Unión opte de nuevo por la construcción de reactores atómicos de pequeña escala de nueva generación. España debería sumarse a esta estrategia.