
El proceso de transformación de una empresa familiar a una "familia empresaria" es un paso estratégico crucial para garantizar la sostenibilidad del "legado" de la familia. Ser una familia empresaria consiste en gestionar múltiples negocios o inversiones y bajo un enfoque estratégico más sofisticado que debe definirse en base a una visión compartida y un proceso reflexivo exhaustivo. Por eso, realizar estudios profesionales que ayuden a tomar decisiones acertadas es clave para evolucionar con éxito.
En este sentido, una de las primeras decisiones a tomar es cómo queremos diversificar el patrimonio para reducir el riesgo y garantizar el crecimiento sostenido del legado. La clave es decidir cómo hacerlo de manera inteligente. Desde nuestra experiencia en Improven, esta decisión, debe estar alineada con los valores familiares, y los ejes donde la familia quiere desarrollar y dejar su legado.
Hoy en día muchas familias empresarias exitosas van más allá de la creación de la riqueza; buscan tener un impacto positivo en la sociedad desarrollando proyectos en sectores como la salud, la cultura, la educación, el deporte para garantizar que su legado trascienda a lo largo de las generaciones. Además, para hacerlo de manera inteligente y eficiente, es fundamental analizar cómo actúan otras familias empresarias y cómo se han constituidos los holdings de empresas competidoras. Todo ello puede ayudar a definir de dónde diversificar y cómo, y también a entender cómo plantear la estructura societaria para una gestión eficiente de la fiscalidad y de la locación de los activos estratégicos de la compañía.
Pocas veces las familias realizan un estudio detallado y profesional de todos los activos, tanto tangibles cómo intangibles de sus negocios, para entender dónde tiene sentido alocarlos para generar el mayor valor y sostenibilidad del holding. Tampoco se reflexiona sobre cómo establecer la estrategia específica de cada vehículo de inversión que tiene el holding familiar. ¿Cuál es la estrategia que debemos seguir en nuestro vehículo de inversiones financieras? ¿Cuál es la mejor estrategia para nuestras inversiones patrimoniales? ¿Y en las inversiones empresariales? Todas estas decisiones deben ser resultado de un proceso reflexivo y consensuado entre los miembros de la familia, para garantizar que estamos invirtiendo de manera inteligente y coherente con nuestros valores.
Otras decisiones clave, que nos ayude a garantizar la transición del liderazgo, la transmisión del patrimonio y de los valores de la familia, es realizar la planificación sucesoria, establecer una gobernanza eficiente y profesionalizar la gestión de la empresa. Estas son uno de los mayores retos de las empresas familiares, por toda la carga emocional y la complejidad personal que conlleva la gestión de estos temas en la familia. Por ello, es fundamental establecer cómo desvincular a la familia de las operaciones diarias y estipular roles y responsabilidades claras para los miembros familiares.
Además, la familia debe ser capaz de incorporar talento externo que, aparte de tener el expertise necesario, debe encajar con la cultura de la familia y de la empresa, tanto a nivel de directivos como a nivel de consejeros externos, que puedan incorporarse en el consejo de administración. El encaje cultural es clave para que la familia sea capaz de confiar y de delegar la gestión de sus empresas en manos externas a la familia.
Para que todo esto sea sostenible, la clave está en establecer una gobernanza eficiente, donde se defina claramente: los roles de los miembros de la familia y de los directivos externos, los distintos órganos de gestión, control y decisión dentro del holding, y cuáles son las políticas para la toma de decisiones y la resolución de conflictos dentro de la familia y en el holding familiar. En este punto, recomendamos poner el foco en el desarrollo habilidades de liderazgo y en el crecimiento personal para ganar en madurez que ayudará a entender que como familia aportamos más valor fuera, que dentro de la operativa diaria del grupo.
Y como consecuencia de lo anteriormente definido, hay un punto que es vital establecer de manera clara y equilibrada, por su impacto, tanto en los intereses de cada uno de los miembros de la familia, como en la sostenibilidad y desarrollo futuro del holding y de las empresas del grupo. Nos referimos a determinar cuál es la política de gestión de dividendos y cómo se establecen los criterios de gestión del cash flow del accionista.
Definir una política de dividendos sostenible es clave para encontrar un equilibrio entre las necesidades de liquidez de los accionistas y el reintegro de capital para impulsar el crecimiento. Y esta decisión debe ser producto de un análisis y un consenso respecto a cómo queremos como familia, y en función de los resultados de nuestros negocios, reinvertir en el holding para financiar nuevos proyectos o adquisiciones y cuánto queremos distribuir como dividendos.
No son pocos los casos que nos hemos encontrado en Improven en los cuales estas decisiones se han tomado por el artículo 33 definiendo un reparto anual "X" de dividendos, independientemente de los resultados del holding. Esto pasa, y más de lo que nos imaginamos. Pero no sólo nos podemos quedar en este punto, tenemos también que definir de manera consensuada cómo gestionar y monitorizar constantemente el flujo de caja, para garantizar que el holding tenga suficiente liquidez para hacer frente a sus obligaciones operativas y al pago de dividendos que hemos definido. Y esto en un holding familiar, ante la complejidad de manejar múltiples empresas o activos, hace que la gestión del flujo de caja sea aún más importante.
Sin embargo, el punto crítico para pasar de empresa familiar a familia empresaria requiere como primer paso un consenso general por parte de cada miembro de la familia de que el proyecto y el legado prima por encima de los intereses particulares de cada uno, y que el objetivo principal como familia es desarrollar y garantizar la sostenibilidad del legado a lo largo de las generaciones. Esto implica, como comentábamos antes, un ejercicio de madurez y de gestión de ego personal, y una capacidad de gestionar los conflictos de forma sana y asertiva en un entorno familiar, que no es nada fácil ni para nada evidente. A partir de ahí las claves para que sea realmente de éxito, es definir una estrategia integral que equilibre la diversificación, establecer una gobernanza profesional, la planificación sucesoria y nuestra gestión de eficiencia financiera, al tiempo que se fomente la generación, no sólo de riqueza, sino de impacto positivo en la sociedad, que es lo que dará más fuerza y sentido al propósito de ser una familia empresaria.