
Las pérdidas de las empresas públicas que dependen de la Sepi se situaron el año pasado en 241 millones. Los números rojos bajan solo una cuarta parte respecto a 2022, un resultado inaceptable en unas firmas que, en la mayoría de los casos, gozan de situación de monopolio en sus sectores.
Cualquier empresa privada, en idéntica posición, obtendría cuantiosos beneficios. Es necesario, por tanto, una profunda e inmediata remodelación de la gestión de estas compañías que, en casos como los propios de RTVE y de la Agencia Efe, merece calificarse de desastrosa, e insostenible si se llevara a cabo en una firma privada. Solo las inyecciones de dinero público permiten a las empresas de la Sepi sobrevivir en estas condiciones.