Opinión

Una oportunidad para capitalizar inversiones alternativas

  • La arquitectura financiera global obliga a que las empresas gestionen su deuda de forma más prudente
  • La interconexión global de los mercados financieros supone una deuda a gran escala

En el entorno actual, la evolución de los mercados alternativos ha estado marcada por varias tendencias notables en los últimos años, siendo el crecimiento de la deuda privada uno de los eventos más prominentes. Si bien no podemos ignorar sus implicaciones globales, es esencial centrarse en cómo esta tendencia está tomando forma en la economía española.

La deuda privada, en sus diversas formas como préstamos y bonos, abarca todas las obligaciones financieras hacia empresas de propiedad privada. Es común encontrar crédito privado, donde los gestores de activos ofrecen préstamos a empresas privadas. Esta evolución ha sido impulsada por la necesidad de adaptarse a un entorno económico cambiante y las demandas cada vez más específicas de las empresas que buscan financiación. Estrategias como los préstamos directos, la deuda de riesgo o situaciones específicas han surgido como alternativas flexibles y atractivas en el mercado de deuda privada, ofreciendo soluciones adaptadas a las necesidades financieras de las empresas.

Los fondos de deuda privada vienen en una amplia variedad de estructuras y objetivos, desde el financiamiento de proyectos inmobiliarios hasta el apoyo a empresas en dificultades. Aunque la deuda privada y el crédito privado a menudo se usan indistintamente, el crédito privado se refiere específicamente a préstamos originados directamente para prestatarios corporativos. Esta clase de activos está ganando más interés entre los inversores, evidenciado por la creciente preferencia por las inversiones en mercados secundarios. Además, estos mercados son cada vez más populares entre los inversores de capital riesgo, facilitando la compra y venta de participaciones en fondos de deuda existentes.

En un escenario de desaceleración económica y todavía altas tasas de interés, la deuda privada ha demostrado su valía. La capacidad de los fondos de deuda privada para responder rápidamente a las circunstancias cambiantes, junto con su agilidad en la estructuración de acuerdos, ha sido crucial para ayudar a las empresas a superar desafíos financieros.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) estima que la deuda privada se ha triplicado en las últimas décadas, alcanzando el 146% del PIB global, aproximadamente 144 billones de dólares, pero lo ha hecho durante un período más largo, de 1960 a 2022.

En este contexto, España está en una posición óptima para capitalizar el auge de la deuda privada. La economía ha demostrado su fortaleza en los últimos años, y los inversores están mostrando un mayor interés en participar en el crecimiento de las empresas locales a través de instrumentos de deuda privada. Esta tendencia se refleja en el aumento de fondos dedicados a préstamos directos, donde los empresarios, especialmente en sectores como el inmobiliario, están encontrando una alternativa sólida al financiamiento tradicional proporcionado por los bancos convencionales.

Cabe destacar que el mercado de crédito privado ha experimentado un crecimiento vertiginoso y se ha consolidado como una clase de activos en pleno desarrollo. Desde 2015, su tamaño se ha duplicado, alcanzando, según estimaciones de Moody's, la cifra de 1,3 billones de dólares. Esta cantidad ahora es comparable al tamaño del mercado global de bonos de alto rendimiento, destacando la rápida madurez y la presencia significativa del crédito privado en la escena financiera actual.

Sin embargo, el auge de la deuda privada no está exento de desafíos y riesgos. Uno de los principales problemas radica en la vulnerabilidad financiera que crea tanto para las empresas como para los individuos. Con la crisis económica, la carga de la deuda puede convertirse en un peso pesado, aumentando la probabilidad de incumplimientos y quiebras.

Además, la interconexión global de los mercados financieros ha dejado claro que un problema de deuda en una parte del mundo puede tener ramificaciones a nivel del sistema.

Este riesgo sistémico se ha vuelto más pronunciado a medida que la deuda privada se ha convertido en un componente significativo de la arquitectura financiera global.

Para enfrentar estos desafíos, es imperativo que las empresas adopten una gestión prudente de la deuda. Esto implica no solo considerar la capacidad de pago actual, sino también evaluar la resiliencia ante posibles escenarios económicos adversos. Un enfoque disciplinado para evaluar oportunidades, junto con una capacidad clara y robusta de diligencia debida y selección, es esencial para continuar invirtiendo capital en oportunidades que sean atractivas en términos de riesgo y retorno.

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