
Las empresas que operan en el sector de la sanidad privada española se enfrentarán, en apenas diez años, al mayor desafío de su historia. Una década bastará para que se jubile el 30% de los médicos que trabajan para los hospitales y clínicas de ese ámbito asistencial.
Este retiro masivo, además, afecta a varias de las especialidades que experimentarán un mayor incremento en sus demandas, como la cirugía ortopédica, debido al envejecimiento de la población. En las condiciones actuales, resulta imposible que las nuevas promociones de facultativos que se gradúan en las facultades alcance a cubrir tantas vacantes simultáneas.
Se trata de un problema para el que la Sanidad privada no puede encontrar soluciones, si la Administración mira para otro lado. Una posible respuesta pasa por agilizar el protocolo que homologa los títulos de los profesionales sanitarios procedentes de países extracomunitarios. Se trata de un proceso que ahora se demora hasta dos años, lo que da ventaja a otros países europeos a la hora de captar talento. Pero corresponde al Ministerio de Universidades reformar este proceso.
Del mismo modo, todo apunta a que llegó el momento de atender la ya tradicional reivindicación de la sanidad privada de tener una mayor participación en la especialización, a través del examen MIR, de los médicos. Hay margen de mejora dado que solo el 14% de los hospitales privados tiene acreditación docente para ofrecer esa formación. En este caso, la decisión corresponde a Sanidad, un departamento que debe reconocer que la descapitalización de recursos humanos es también un problema para el sistema asistencial público, cuya sostenibilidad necesita de la colaboración del sector privado.