
Banco Sabadell cerró los primeros seis meses del presente ejercicio con unas ganancias de 791 millones. Cifra récord que supera en un 40,3% el resultado obtenido en el mismo periodo de 2023 y que rebasa en más del 8% las previsiones de los analistas.
La entidad catalana argumenta este buen desempeño en el alto ritmo de crecimiento del negocio en financiación a pymes y empresas y la mayor firma de hipotecas. Pero, además, la constante mejora del perfil del riesgo de crédito ha permitido a Sabadell elevar la calidad de los activos y reducir provisiones. Esta mejora se refleja en su retorno sobre patrimonio (RoTE), que se elevó al 13,1%, convirtiendo a la entidad en una de las más rentables del sector, cuando hace sólo dos años era justo lo contrario.
Los datos dejan patente el acierto de la oferta comercial de Sabadell y la buena gestión llevaba a cabo por sus directivos. Factores que permiten a la entidad sacar músculo con unos números envidiables. No en vano, estos resultados dan los argumentos necesarios a la entidad para incrementar en casi un 21% el dividendo prometido y repartir 2.900 millones a sus accionistas entre 2024 y 2025.
Los inversores recibieron de forma positiva las cifras e impulsaron la acción de Sabadell por encima del 2% en la sesión del martes. Pero más importante aún para la entidad y para su cúpula es que los resultados del primer semestre del año suponen un exhibición de fortaleza y prácticamente garantizan que Sabadell puede seguir creciendo en solitario. Todo ello justo en medio de la opa hostil lanzada por BBVA, que lo tendrá muy complicado para convencer a los accionistas de Sabadell de que la unión de los dos bancos es conveniente para sus intereses.