
Un fallo de actualización de la empresa de seguridad cibernética Crowdstrike, provocó la caída de sus servicios, afectando a grandes firmas de todo el mundo de sectores como el aéreo, financiero, energético o comunicación.
El problema en concreto fue que los sistemas operativos de Microsoft, con los que trabajan la gran mayoría de las empresas y las administraciones públicas, interpretaron el nuevo software como una amenaza, lo que generó su caída. Esta incidencia tuvo un gran impacto en Aena, al afectar a sus sistemas de gestión hasta el punto de tener que paralizar muchas de sus operaciones, incluidos los despegues y aterrizajes de aviones. Este suceso, que se puede calificar como la primera pandemia digital, evidencia que depender de un puñado de grandes tecnológicos, en concreto de las conocidas como las siete magníficas, es un grave riesgo.