Opinión

Electrificación, movilidad corporativa y nuevos negocios: ¿van las empresas en el mismo camino que la Ley de Movilidad?

Vista de una ciudad en movimiento. | Foto: Flyd / Unsplash

Europa continúa en su lucha por acabar con la huella de carbono y reducir las emisiones de Co2, unos objetivos que se ven claramente reflejados en iniciativas como la prohibición de venta de vehículos contaminantes a partir de 2025. En línea con Europa, España también busca hacer de la movilidad un entorno respetuoso con el medio ambiente impulsando normativas como la Ley de Movilidad Sostenible. Sin embargo, ¿están las empresas españolas concienciadas con este asunto?

Lo que el Gobierno plantea con esta ley es que los grandes centros de actividad y las empresas de más de 500 trabajadores por centro, o 250 por turno, estén obligados a disponer de planes de movilidad sostenible para acudir a la oficina. Las compañías podrán optar por distintas alternativas como potenciar la movilidad activa, la eléctrica, la compartida, el transporte colectivo o bien apostar por flexibilizar los horarios de entrada y salida, así como fomentar el teletrabajo. Sin embargo, esta apuesta del ejecutivo no va del todo acorde con la actividad que, a día de hoy, realizan las empresas ni con los datos de matriculación en España: 6 de cada 10 vehículos matriculados en nuestro país son corporativos.

En este sentido, el papel de la innovación se presenta como un factor determinante en la evolución futura de la movilidad empresarial. La tecnología está transformando la forma en que las empresas gestionan los desplazamientos de sus empleados, optimizan sus servicios y se adaptan a un entorno empresarial cada vez más dinámico y competitivo.

Con todo este contexto y la nueva adaptación que van a tener que hacer las compañías en España, soluciones como Uber para Empresas se han convertido en la respuesta más rápida y eficaz a esta situación, permitiendo a las empresas aprovecharse de una flota de vehículos sostenible- ya que estas no están liderando la electrificación con sus nuevos vehículos, pues sólo el 14,1% lo son- sin necesidad de recurrir a la compra de vehículos y haciendo de la movilidad compartida su principal apuesta. Además, disponer de este tipo de servicios permite que las compañías también puedan ahorrarse el trámite de buscar un lugar donde guardar su flota además del coste del mismo.

Pero no todo son malos datos. A pesar de que aún queda mucho camino por recorrer, España se está posicionando como uno de los países que más empieza a concienciarse de la importancia de la movilidad corporativa. Así lo ponen de manifiesto los datos de Uber para Empresas, cuya cartera de clientes ha crecido un 33% desde 2021.

En cuanto al tipo de empresas que más apuestan por este servicio en España, destacan las tecnológicas (27%), las consultoras (14%) y las financieras (12%). Respecto a los departamentos, la mayoría de los viajes son realizados por ventas, marketing y eventos. Por tamaños, las que conforman el middle-market son las que más invierten en este servicio. Le siguen, por este orden, las estratégicas -como petroleras o energéticas-, las grandes corporaciones y, por último, las pymes.

Analizando la situación a largo plazo, no podemos perder de vista a la IA y a los vehículos autónomos. La IA está a la vanguardia de la transformación del transporte, especialmente con el desarrollo de vehículos autónomos. Esta tendencia es afín al futuro en el que los vehículos autónomos impulsados por IA desempeñen un papel fundamental en la movilidad urbana y el compromiso con el medio ambiente, por eso impulsar su uso desde las propias compañías garantizaría experiencias de transporte consistentes, sostenibles y seguras.

Poniendo el foco en el corto plazo, estamos viendo una transición acelerada hacia las flotas de vehículos eléctricos, optimizando la eficiencia y reduciendo la huella de carbono de las organizaciones con iniciativas como la adopción de vehículos eléctricos en empresas de movilidad, como Uber para Empresas, o la realización de informes de sostenibilidad para ayudar a las compañías a controlar su huella de carbono.

El camino correcto para reducir la emisión de gases contaminantes debería empezar desde uno mismo y en línea con lo que las autoridades requieran, pero no es un camino fácil. De ahí que valorar todas y cada una de las iniciativas que el mercado propone sea fundamental para cumplir con el objetivo.

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