
Apenas transcurrido el primer semestre del año, las grandes empresas españolas han culminado con éxito el 80% de sus emisiones de deuda previstas para 2024.
Es un ritmo inusualmente rápido y a primera vista, contrario a la lógica financiera. Más práctico parecía que las firmas esperaran a que comenzaran las rebajas de tipos en la eurozona, para así afrontar sus emisiones con menos costes. Sin embargo, el desarrollo de los acontecimientos les da la razón.
En primer lugar, porque la reducción de los tipos no es tan rápida como se esperaba. Existía, además, a principios de año, un apetito inversor que las empresas han sabido aprovechar. Por último, las rápidas colocaciones les permiten afrontar con seguridad una segunda mitad de año que viene cargada de incertidumbre para el mercado, ante acontecimientos como el ascenso de la ultraderecha en las elecciones legislativas que Francia celebra.