*Por Alejandro Blanco, presidente del Comité Olímpico Español
El deporte español vive un momento de forma espectacular. Los resultados deportivos que se están cosechando avalan el buen hacer no solo de los deportistas, sino también de los entrenadores, clubes y federaciones que día a día trabajan junto a ellos para que se alcancen todos los objetivos fijados.
Y entre los agentes que contribuyen y ayudan a nuestros deportistas a estar en lo más alto, se encuentran los patrocinadores. Su colaboración y aportación es fundamental para que los atletas puedan enfocarse única y exclusivamente en entrenar y competir, centrando todos sus esfuerzos en el deporte, sin tener que preocuparse por si tienen recursos o no para afrontar con garantías su carrera deportiva. Y está demostrado que cuando tienen detrás este respaldo económico, los resultados deportivos son extraordinarios.
En España, con motivo de los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992, se creó el Programa ADO, un programa para atraer empresas privadas que con sus ayudas económicas contribuyeran a impulsar a los deportistas españoles hacia el éxito deportivo, garantizando unas condiciones económicas y de entrenamiento dignas.
Desde el primer momento quedó patente la eficacia de este proyecto, que hasta la fecha ha recibido más de 360 millones de euros a través de las empresas patrocinadoras, algo que ha permitido financiar más de 12.000 becas. Estos números se han traducido en 143 medallas olímpicas y unos excelentes resultados internacionales que han situado a España y al deporte español en lo más alto del panorama internacional.
Desde aquella cita olímpica en la Ciudad Condal, donde la visión de nuestro país cambió completamente, al mostrarse una España diferente, joven, organizada, triunfadora y con un gen ganador, las empresas se volcaron con nuestro deporte y nuestro deporte cambió. Se dieron cuenta que invertir en deporte siempre es rentable. Es una apuesta segura. Porque los valores con los que se identifican las empresas están en el mundo del deporte.
El trabajo en equipo, el sacrificio, el esfuerzo y la dedicación son valores que transmiten los deportistas y que todas las empresas quieren que se desarrollen entre sus trabajadores. Y aunque es cierto que el retorno económico no es el mismo que en otros ámbitos de la sociedad, ayudar a la promoción del deporte es rentable en visibilidad, en imagen y en asociación de valores. Cada vez son más las empresas que son conscientes de esto y por ello cada vez nuestro deporte tiene más apoyo desde entidades privadas. Porque aunque el Gobierno ha hecho una grandísima apuesta por potenciar al deporte español y a nuestros deportistas, solos no pueden. Necesitan que esa inversión esté complementada desde las empresas privadas. Además, con esta inversión no solo ayudan al deportista y al deporte nacional, sino que también ayudan a España.
Permiten que la imagen de nuestro país se proyecte más allá de nuestras fronteras a través de los mejores embajadores de la marca España que son nuestros deportistas. Por eso, desde estas líneas quiero darle las gracias a todas las empresas que se involucran con el deporte de nuestro país y que permiten a nuestros deportistas cumplir sus sueños, así como animar a todas las que todavía no lo hacen a que lo hagan porque, como ya he comentado, apostar por el deporte es apostar por España.