Con motivo del décimo aniversario de la coronación de don Felipe VI, se presenta una magnífica oportunidad para hacer balance de un periodo que no ha estado exento de dificultades, tales como la pandemia del Covid-19, la crisis energética y los conflictos en el este de Europa y Oriente Medio, con gran impacto a nivel social y económico. Han sido, sin duda, diez años que nos han puesto a prueba como sociedad.
A pesar de todo, creo que España en su conjunto ha sabido sobreponerse a las adversidades, poniendo de manifiesto la resiliencia de los ciudadanos, las empresas y las instituciones del país. Entre ellas, la monarquía, como pilar clave de nuestra arquitectura institucional, ha evolucionado con los tiempos y se ha consagrado como un faro de estabilidad ante un entorno cambiante y desafiante.
Si tuviese que resumir en una palabra el reinado hasta la fecha de don Felipe VI, esta sería ejemplaridad. A lo largo de estos diez años, el monarca ha ejercido sus funciones con la dedicación y el aplomo requeridos, trabajando incansablemente en favor de la cohesión ciudadana y de la proyección internacional de España, mediante el fomento de las buenas relaciones con muchos otros países. Su influencia y reconocimiento exterior actúan como elementos impulsores en la atracción de inversiones extranjeras a nuestro país y en la apertura de nuevos mercados para las empresas españolas.
Igual de importante ha sido el avance decidido que ha llevado a cabo la Corona bajo su reinado en cuestiones como la diversidad cultural, el compromiso social, la transparencia y la renovación institucional, que han supuesto un cambio relevante en la manera de proceder y la han hecho progresar y adaptarse al mundo en que vivimos.
Habiendo sido testigo de primera mano de sus logros, no puedo dejar pasar la ocasión de destacar la encomiable labor de promoción de la ciencia y la cultura o el apoyo a los jóvenes con talento que se realiza desde las Fundaciones Princesa de Asturias y Princesa de Girona. Estos mismos objetivos son también la razón de ser de la Fundación Banco Sabadell, una fuente de orgullo para mí y para todos los empleados de la entidad bancaria que represento.
Únicamente me queda expresar mi más sincera enhorabuena a don Felipe VI por alcanzar este hito, y manifestar mi confianza en que la Corona nos seguirá aportando la solidez y proyección que nuestro país necesita.