La primera década del reinado de Felipe VI ha estado repleta de incertidumbres geopolíticas, financieras y económicas, sanitarias, sociales, humanitarias, marcadas principalmente por el Covid, una guerra en suelo europeo ?en Ucrania? y una situación convulsa en Oriente Medio.
En medio de tantos desafíos, el Rey Felipe VI ha desempeñado su función, cumpliendo con los compromisos adquiridos durante su proclamación y ha demostrado un alto sentido de Estado, lo que garantiza la fortaleza y el futuro de la institución y la capacidad para aportar crecimiento y estabilidad al país.
Asimismo, la Corona es fiel a su compromiso inequívoco de potenciar la presencia de España en un mundo cada vez más globalizado, con la voluntad de que nuestro país participe e influya en los grandes asuntos de la agenda global. Felipe VI es un europeísta convencido y ejerce un papel fundamental como embajador de los proyectos españoles en el exterior. Como tal, es una pieza clave en el apoyo y puesta en valor de la empresa española, dentro y fuera de nuestras fronteras.
Felipe VI ha defendido en innumerables ocasiones que, ante los retos que plantea el mundo actual, España tiene la necesidad de mantener la competitividad y su crecimiento económico. Para ello, un aspecto importante radica en fortalecer nuestras capacidades productivas estratégicas y reindustrializar el país con el objetivo de reforzar el liderazgo en determinados sectores clave que determinan el empleo y el bienestar de los ciudadanos.
A lo largo de muchos de sus discursos pronunciados en entornos empresariales hace una fiel defensa de los intereses de la empresa y de la industria, convencido de que los proyectos empresariales están formados por personas unidas por un proyecto común que genera innovación, riqueza y empleo y, por tanto, repercute en el avance y beneficio de la sociedad. En Repsol, como una de las principales compañías industriales de España, compartimos este compromiso de apoyar la industria y mantener los empleos de calidad del sector.
Siempre que tiene oportunidad, Felipe VI hace alegato de que trabajando unidos se pueden conseguir grandes logros. Coincido con el Rey en que el espíritu de solidaridad y cooperación es fundamental para el futuro de Europa, especialmente a medida que nos enfrentamos a desafíos cada vez más complejos, desde la competitividad de la economía europea hasta la transición energética, pasando por la digitalización y la inteligencia artificial. Retos en los que el diálogo y la cooperación son instrumentos clave, buscando las mejores soluciones basadas en la ciencia y la tecnología.
En estos 10 años de reinado, Felipe VI ha sido un activo muy relevante para el proceso de globalización de la economía española y nuestro deseo, desde Repsol, es que siga reforzando el papel de España en el mundo por muchas décadas más.