Opinión

Asignatura pendiente del empleo

  • El número de prórrogas de contratos temporales triplicó el pasado mes de mayo las conversiones a empleos fijos

Dos años y medio después de la entrada en vigor de la reforma laboral, las prórrogas de contratos temporales vuelven casi a triplicar las conversiones en indefinidos.

Esto significa que un asalariado eventual sigue teniendo muchas menos posibilidades de pasar a un puesto estable que de encadenar otro de duración determinada. Esta sigue siendo la gran asignatura del mercado laboral, conseguir tender un verdadero puente entre el empleo temporal y el estable. Pero algo así sucede en apenas un 4,3% de los casos, el porcentaje más bajo desde el cambio legal.

La clave está en que las empresas siguen encontrando mucho más sencillo prescindir de los trabajadores y volver a contratarlos de nuevas. Sortean así las restricciones a esta práctica introducidas por el Gobierno, lo que vuelve a demostrar que la estrategia de reforzar las sanciones sin tener en cuenta la verdadera raíz del problema no sirve de nada.

Algo que ya quedó claro en el caso de las fallidas 'prohibiciones de despedir' o el impulso dado a los fijos discontinuos. Una figura contractual llamada precisamente a ser la puerta del empleo temporal al indefinido verdadero, pero que la vicepresidenta segunda Yolanda Díaz, ningunea ahora cada vez que le preguntan por sus pésimos resultados. Es cierto que el impacto positivo de la reforma laboral a la hora de reducir la contratación temporal es innegable, pero también es verdad que este efecto ha tocado techo.

Si el Gobierno quiere ir más allá, debe ser consciente de que la inseguridad jurídica, la incertidumbre fiscal y las presiones a las empresas son fuente directa de precariedad laboral. Hasta entonces, este seguirá siendo uno de los deberes pendientes que nos aleja de las grandes economías de la Unión Europea en materia laboral.

WhatsAppFacebookTwitterLinkedinBeloudBluesky