Opinión

¿Y si fuese falso que la demanda per cápita de aceites de oliva se incrementa?

  • Artículo de Juan Vilar Hernández*
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En la actualidad la demanda mundial de aceites y grasas alimentarias, con datos cerrados a 2023 elaborados a partir de la fuente United States Department of Agriculture Foreign Agricultural Service, es de 262,7 millones de toneladas, de las cuales fundamentalmente casi el 31% procede de la palma, 23% de la soja, 10% de la colza, 7% del girasol, 17% grasas y sebos animales, y así sucesivamente; como dato, los aceites de oliva, en dicho año, ni tan siquiera supusieron el 1% del total de grasas y aceites consumidos en el planeta, fundamentalmente debido a la escasa cosecha acaecida durante esa campaña y la anterior.

De dicha cantidad de aceites y grasas animales y vegetales alimentarias consumidas en el planeta, el 20% no se destina a uso alimentario, es decir, unos 52 millones de toneladas de aceites y grasas, de forma fundamental palma, colza, y grasas animales, son destinadas a elaboración de biocombustibles sobre todo, y no son destinados a consumo alimentario, ni humano, ni animal.

Como se ha dicho anteriormente, las cosechas 22/23 y 23/24, fueron anormalmente bajas en la producción de aceites de oliva. Por lo tanto, analicemos cuál era la situación mundial del consumo de grasas animales y vegetales en 2021, con datos elaborados a partir de la misma fuente identificada anteriormente. En aquel entonces el consumo mundial de aceites y grasas era de 253 millones de toneladas, siendo la distribución muy similar, 30% de los acetes y grasas eran procedentes de la palma, 23% de la soja, 10% de la colza, 8% del girasol, 17% de origen animal, y así un largo etcétera, suponiendo en este caso los aceites de oliva el 1,18% del total.

Entonces, el consumo per cápita de aceites y grasas, con una población mundial de 8.000 mil millones de personas, era de 33 kilogramos por persona y año, mientras que el aceite de oliva suponía un consumo per cápita de 400 gramos en los mismos términos, es decir, de cada 83 kg de aceites y grasas alimentarias que en 2021 se consumían en el planeta, 1 kilogramo eran aceites de oliva.

Si nos atenemos a los mismos datos, en 2010 el consumo total de grasas y aceites era de 185 mil toneladas, y la composición venía dada por un 25% con procedencia de la palma, otro 25% con procedencia de la soja, 12% con origen en la colza, 7% con origen en el girasol, 16% con procedencia animal, y por último, además del resto de aceites y grasas hasta conformar el total, los aceites de oliva tenían una participación del 1,5% en esos 185 millones de toneladas consumidas en ese año.

Si analizamos la evolución de la demanda desde entonces y hasta 2021, la situación ha sido la siguiente. Hubo un incremento de consumo global bruto de aceites y grasas del 42%, fundamentalmente debido a un ascenso de la demanda de aceite de palma del 27%, de colza del 22%, de soja el 9%, de girasol del 39%, y del 30% en lo referente a grasas animales y vegetales.

Si hablamos de evolución en el consumo de los aceites de oliva, creció un 11% en el periodo estudiado. Es decir, a tenor de estos datos se podría aseverar que, la evolución en el consumo de aceites de oliva durante los últimos 11 años ha sido inferior, con un 11%, comparativamente al total de grasas animales y vegetales, que fue del 42%, o, dicho de otro modo, el consumo de grasas y aceites mundiales, evoluciona en su demanda, con un crecimiento, casi 4 veces superior, al que lo hacen los aceites de oliva. No obstante, y volviendo al año 2010, para entonces la población era de 6.860 miles millones de personas, es decir, un 17% inferior a la que existía en 2021.

Por lo tanto, y en datos per cápita, en 2010 el consumo de grasas y aceites mundial era de 27 kilogramos por año, mientras que, el consumo en los mismos términos de aceite de oliva era de 414 gramos, por lo tanto, en 2010, de cada 65 kilogramos de aceites y grasas que en el planeta se consumían,1 era de aceites de oliva, luego relativamente, comparando 2010 con 2021, la participación de los aceites de oliva en el total del consumo de grasas y aceites desciende significativamente, o dicho de otro modo, el consumo de aceites de oliva crece relativamente por debajo del resto de grasas animales y vegetales en su conjunto.

Si analizamos la evolución poblacional, en el rango escogido, de 2010 a 2021, ésta, se incrementó un 17%, luego la tendencia creciente de la demanda de aceites y grasas tiene un componente poblacional, es decir, parte de ese ascenso de consumo se debe al crecimiento en el número de consumidores. Con el objeto de poder clarificar cual fue el incremento real, sin incidencia poblacional, analizaremos los datos per cápita, por un lado, y hablando en términos generales de aceites y grasas. En 2010 la demanda global por persona y año de aceites y grasas era de 27 kilogramos, sin embargo, en 2021 fue de casi 33, por lo tanto para el periodo analizado el incremento neto fue del 22%, y no del 27%, que es el incremento total teniendo en cuentas la evolución poblacional. Si nos referimos a la evolución de la demanda de aceites de oliva, en 2010 el consumo per cápita fue de 413 gramos, mientras que en 2021 fue de 400 gramos, por tanto, en términos per cápita, se produce una caída del consumo de aceites de oliva durante estos 11 años, del 3%.

Luego, concluyendo, durante estos 11 años cada ciudadano de media ha dejado de consumir un 3% de aceites de oliva, aunque de forma global la demanda total se ha visto incrementada en un 11%, debido a un ascenso poblacional del 17%.

*Juan Vilar es Doctor en Economía, analista agronómico internacional,consultor estratégico, profesor de la UJA y agricultor

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