
Los recientes desembolsos millonarios de Amazon y Microsoft (más de 21.000 millones) reflejan la capacidad de España para atraer grandes inversiones en centros de datos, una infraestructura necesaria en la era de la Inteligencia Artificial.
Existen varios factores que posicionan a nuestro país como imán para captar a las grandes tecnológicas, pero el bajo precio de la energía es uno de los más importantes, ya que estas instalaciones son grandes consumidores. En este contexto, el hecho de que el coste de la energía para estos centros de datos sea un 33% menor en España que en la vecina Francia supone una clara ventaja competitiva.
No obstante, una energía barata no es lo único que estas instalaciones requieren. También necesitan una infraestructura eléctrica acorde para trabajar a pleno rendimiento. Y es en este punto es donde nuestro país está en clara desventaja frente a Francia, que en la actualidad es nuestro gran competidor para atraer este tipo de inversiones. Tanto es así que Francia dedicará unos 100.000 millones en la red de transporte eléctrico para cubrir un alza de la demanda que fija en alrededor de 20 GW. Este esfuerzo inversor francés triplica al propio de España. Nuestro país corre así el riesgo de quedarse atrás en esta carrera por captar los centros de datos en el futuro.
Es por ello necesario desatascar el tapón normativo vigente para incrementar la capacidad de acceso de nuevas instalaciones. Por fortuna, el Gobierno empieza a ser consciente de esta situación. Lo demuestra que ya se abre a realizar cambios para propiciar las inversiones necesarias en redes. Ello con objetivo de facilitar un mayor acceso tanto de la oferta, con más renovables que abaratan el precio de la energía, como de la demanda, para satisfacer las necesidades de los centros de datos.