
El ámbito urbanístico corre íntimamente ligado al de vivienda, puesto que configura y condiciona a éste. También el mercado de vivienda, con sus particulares características de oferta y demanda en cada momento y territorio exige que se intervenga en el mismo desde los poderes públicos para corregir sus disfunciones.
En esta intervención, la materia urbanística constituye un eje fundamental de las políticas de vivienda, también de aquellas que han de desarrollarse en el medio rural. Un contexto en el que pueden apuntarse varias líneas de acción:· Asegurar la compatibilidad de usos tradicionales en los cascos urbanos, muchas veces dificultados por normativas de usos que no se adecuan a la realidad rural existente como puede ser la relativa a casas con corral o almacén, graneros, talleres artesanales en cascos urbanos, etc.·
Los pequeños municipios carecen, muchos de ellos, de medios humanos, técnicos y/o jurídicos para la tramitación de títulos habilitantes en materia de urbanismo tales como las licencias, siendo en este ámbito insuficiente -o tardío- el apoyo que puedan otorgar otras Administraciones.
Se ha argüido como solución la tendencia a la laxitud de estas técnicas de control, mediante la extensión de figuras -relajadas- como las declaraciones responsables, pero éstas se han convertido en la práctica en una especie de cajón de sastre ante el que no se cumple la posterior actividad supervisora que incumbe a la Administración: se trata en muchos casos de retrasar la actividad de control -de un control ex ante a un control ex post-, que finalmente no se cumple.Las formas de colaboración público-privada parecen ser de nuevo aquí un remedio que puede merecer la pena explorar.
Así, las figuras de las Entidades Colaboradoras de la Administración en el ámbito urbanístico quizás debieran tener en el medio rural su oportunidad de convertirse en instrumento útil de aquellas Administraciones que más lo necesitan, como son los pequeños municipios, sin perder su objetivo principal que es la agilización administrativo como medio para lograr la más efectiva implantación de actividades productivos en los territorios; territorios que en este ámbito de acción han empezado por ser los urbanos, pero que también, ha de reconocerse que, con más razón -o necesidad si cabe- han de contemplarse también los rurales.
Este camino ha sido emprendido ya por diversas Comunidades Autónomas desde el común planteamiento de constituir a estas entidades en una activa medida al servicio de los pequeños municipios del medio rural y, por ende, como un instrumento en la lucha contra la despoblación.
· Otra de las cuestiones relevantes es la especial consideración del patrimonio arquitectónico del medio rural como un valor intrínseco al mismo, y que ha de extenderse más allá de sus monumentos para alcanzar, proteger y poner en valor a sus paisajes (urbano - rurales) con regulaciones que los reconozcan y protejan, y medidas que los fomenten, tales como ayudas específicas.
· La ejecución de los planes de urbanismo en forma de actuaciones urbanizadoras para su reforma interior de los conjuntos urbanos existentes o, en menor número, para su expansión, han de estar articuladas en base a instrumentos específicos sencillos y que superen la tradicional secuencia de planeamiento-reparcelación-proyecto de urbanización.
En este sentido, la figura de los proyectos de obras públicas ordinarias como instrumento de ejecución general en los municipios del entorno rural puede constituir un medio adecuado, dadas sus dimensiones y características, para articular los pequeños desarrollos que puedan darse en los mismos.
· Es necesario un nuevo sistema de planeamiento para los pequeños municipios del medio rural. No es ya tanto que éstos "no puedan afrontar" por sí solos el reto de configurar su propio planeamiento general, ni tampoco lo es el que se vean superados a nivel de medios y esfuerzos por las exigencias de tantas y tantas normativas sectoriales que se ven a obligados a integrar (cuando a ellos "nadie los integra").
Se trata ya de que un planeamiento de ámbito exclusivamente municipal no recoge todas las necesidades de ese municipio, porque ese pequeño municipio "no puede vivir solo" sino que lo hace en coalición íntima con los de mismo tamaño y entorno y, a la par, en una necesaria (inter)dependencia con aquel o aquellos municipios "de cabecera" donde existen los servicios que no pueden darse en todos y cada uno de los núcleos de la zona en cuestión.
El Plan general no es que haya muerto (muchos ni han nacido), es que ya no es idóneo en sí mismo para las necesidades actuales de estos pequeños municipios que, en el marco de una sociedad que se articula en territorios interconectados e interdependientes entre sí y que se relaciona, cada vez más, a través de medio de índole digital.
Dijo Marco Aurelio en sus Meditaciones, «enseguida la naturaleza que todo gobierna hará que todo cuanto ves cambie», y así hoy es preciso seguir planificando los territorios, pero hemos de hacerlo de otro modo: de un modo más territorial (aquí pueden resultar fundamentales referencias como la comarca) y en el marco de una planificación estratégica que además resulte transversal.
Ya no es tan relevante ordenar urbanísticamente un municipio del medio rural (que también), como planificar sus necesidades, demandas y objetivos en un marco global donde se reconozcan también las necesidades, demandas y objetivos de aquellos otros municipios con los que convive y también de aquellos otros de los que depende.
· En línea con lo anterior, la figura de las agendas urbanas territoriales (AUT) puede convertirse en referencia para articular la planificación de los objetivos y medidas principales que los pequeños municipios del medio rural presentan.
Puede, además, ser especialmente relevante por cuanto se trata de un instrumento enmarcado en el seno de las políticas europeas en materia de cohesión territorial de sus distintos ámbitos, con especial énfasis en aquellos ubicados en el medio rural e insertos en la lucha contra la despoblación.
Aquí las AUT han de referir gran parte de sus contenidos, tanto de diagnóstico, como planificadores y propositivos, con la vista puesta en la cuestión de la vivienda con especial referencia a aquellas medidas que traten de atajar los problemas de acceso a la misma y mejorar la difícil situación existente.
Viceconsejero de Planificación Estratégica. Vicepresidencia Primera. Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha.