
*Por Mireia Álvarez, Business Managing Partner de Arena Media
Hay algo que siempre nos ha diferenciado en esta industria a las agencias del resto de players, y es esa creencia constante de pensar que somos rápidos en adaptarnos a los cambios internos y externos de las organizaciones. Creer que estamos capacitados para coger velocidad de crucero en cualquier momento, alineándonos con el rumbo que llevan nuestros clientes y sus direcciones de marketing. Y lo cierto es que esto no es algo generalizado.
Cerramos el año releyendo los resultados de algún estudio internacional que nos recuerda que una gran proporción de marcas multinacionales están buscando mejorar su modelo de agencia porque no se adapta a sus fines futuros. Algunas de sus demandas giran en torno a la agilidad, la flexibilidad, el conocimiento profundo del negocio, pero, sobre todo, en torno a eso que nos hace diferentes a unos de otros: el talento.
La necesidad de convertirnos en compañeros de viaje para afrontar los retos a largo plazo, pero también a corto, de capear los temporales que les salpican o que están por venir se ha convertido en una prioridad para estos próximos años. Y no hablo únicamente de ir armados hasta los dientes de tecnología, soluciones de IA o retail data. Eso son medios que nos ayudan, pero que empañan los básicos, debilitan los cimientos si no son firmes.
Abordar un nuevo año debería exigir parar, revisarse, "desvestirse y vestirse de nuevo", aprovechar ese espacio temporal que te permite establecer un "nuevo inicio" con tus clientes para que esos objetivos, que deberían ser siempre comunes, sean realistas y alcanzables.