
El arma más eficaz para protegerse de las subidas de precios es la bolsa, que este año logra rentabilidades de doble dígito a pesar de que sobrevuela una posible recesión en indicador. Así lo demuestra el comportamiento de las carteras que se construyen sobre todo con renta variable, que presentan rentabilidad medidas del 7,7% desde enero. Un retorno que se queda en el 5,1% si se descuenta el impacto de la inflación general, que en agosto se situó en el 2,6% y que desciende hasta el 1,6% encaso de restar a la ganancia la tasa subyacente (sin energía y alimentos no elaborados). De hecho frente a esta última variable solo los inversores agresivos obtienen rendimientos reales positivos. Se demuestra que para batir a los precios no queda más remedio que sumir riesgos.