
En el último año, Sareb tiene una participación muy activa en las políticas de alquiler social. Lo evidencian los casi 15.000 inmuebles ya habitados que el llamado banco malo destinó a personas vulnerables.
No obstante, en un volumen tan amplio es frecuente que surjan agujeros negros como el constituido, en este caso, por las 2.350 casas que se pueden considerar okupadas, ya que disfrutan de ellas personas en condiciones de pagar un alquiler a precio de mercado.
Sareb actúa adecuadamente al no limitarse a identificar a los defraudadores, sino también al embarcarse en procesos para que esas personas abandonen los inmuebles que ahora habitan. La okupación debe siempre combatirse, con independencia de que afecte a activos privados o públicos.