
China ha sacado a millones de personas de la pobreza en las últimas décadas. Ahora, su economía es ya tres cuartas partes del tamaño de la de EEUU y está más de cuatro veces más poblada. Además, el crecimiento de su PIB supera al de todos los mercados desarrollados, teniendo baja inflación y políticas monetarias y fiscales favorables.
Sin embargo, es una región de baja inversión por parte de los inversores extranjeros, que se han centrado principalmente en sus sectores tradicionales. El caso es que China es el mayor emisor de CO2 del mundo.
El 91% de sus emisiones de gases de efecto invernadero provienen de sus sectores de energía, industria y transporte. Además, 95% de sus residuos son incinerados o enviados a vertederos. Por tanto, se enfrenta a numerosos desafíos ambientales. Resolverlos implica oportunidades de inversión únicas, con impacto positivo. Es una gran propuesta de valor.
A ello se añade que el mercado de acciones "A" de China continental -bolsas de Shanghái o Shenzhen- es el segundo más grande del mundo y el segundo más líquido. También es el segundo en capital recaudado en salidas a bolsa. Incluso conforma el mayor universo de proveedores de soluciones ambientales, un mercado que se estima que crezca 25% interanual en 2023 y 20% en 2024.
Hay que tener en cuenta que China se ha convertido en un fabricante de alto valor añadido. De hecho, muestra un rápido aumento en inversión en investigación y desarrollo, además de talento, pues sus doctorados en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas crecen más rápido que en EEUU. Además, lidera 37 de 44 tecnologías críticas a nivel mundial, incluyendo las medioambientales, de materiales avanzados y energía, con importantes ventajas en costes.
Así, cuenta con la célula solar más eficiente del mundo, la batería de vehículos eléctricos con mayor recorrido, 960 km; el mayor aerogenerador y el tren de alta velocidad más rápido, de 600 km/h. Es el mayor exportador de alta tecnología (computadoras, dispositivos de comunicación, productos farmacéuticos y otros, según el Banco Mundial, 2022).
Su capacidad de fabricación en 2021 ya representaba el 85% de la energía solar mundial, 70% de la energía eólica marina y 71% de los vehículos eléctricos. Es uno de los mayores fabricantes de automóviles híbridos y tiene la cadena de suministro más integrada y de mayor capacidad. Incluso su participación en el mercado de baterías para vehículos eléctricos es del 75%. Además, su capacidad de almacenamiento de energía puede aumentar de 5GW en 2021 a 79GW para 2025.
El hecho es que las autoridades en China saben que su población quiere mejor calidad de vida. Por tanto, han mantenido unas políticas ambientales consistentes y favorables durante una década, habiendo establecido la neutralidad de carbono como prioridad.
El 20º Congreso del Partido Comunista ya enfatizó la neutralidad de carbono, la prevención de la contaminación y la preservación y restauración de los ecosistemas. Además, su 14º Plan Quinquenal de 2021 estableció objetivos sobre calidad del aire, agua, suelo y alimentos, lo que implica oportunidades de inversión en servicios y equipos de control de la contaminación.
A ello se añade que la Guía de divulgación de criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ASG) corporativos de China entró en vigor en junio de 2022, siendo el primer marco básico voluntario de principios para la presentación de informes estandarizados de sostenibilidad en la región.
Así que convienen los proveedores chinos con soluciones ambientales de baja huella ambiental en energía renovable, transporte verde, descarbonización industrial, eficiencia de recursos y protección ambiental. Para su selección es posible aplicar el marco científico medioambiental de límites planetarios del Centro de Resiliencia de Estocolmo, es decir empresas que permanecen en el espacio operativo seguro considerando todo el ciclo de vida de sus productos y servicios.
Además, para superar dificultades en la validación de empresas chinas según criterios ASG, conviene disponer de proveedor de datos local y llevar a cabo a la diligencia debida in situ y establecer compromisos para mejorar el comportamiento de estas empresas.
Un ejemplo es la empresa CATL, el mayor fabricante de baterías para vehículos eléctricos, cuya cuota de mercado en China ya era 53% en 2021, 33% a nivel mundial. Muestra mejor control de costes y una posición dominante en la cadena de suministro, con liderazgo tecnológico en el segmento premium, contribuyendo positivamente en términos de cambio climático.
Otros ejemplos son Shenzhen Inovance Technology, que desarrolla y fabrica productos de automatización industrial, Sungrow Power Supply, fabricante líder de inversores de energía solar, Flat Glass Group, fabricante líder de vidrio fotovoltaico y Build Your Dreams (BYD), el principal fabricante chino de vehículos eléctricos y uno de los principales fabricantes a nivel mundial.
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