
Los analistas miran con recelo el inicio de la temporada de resultados al otro lado del Atlántico. No en vano se espera una contracción del beneficio, no solo causado por el daño que la alta inflación y las alzas de tipos provocan en miles de empresas. Ni siquiera se libran los bancos, beneficiados por los incrementos de las tasas de la Fed, ya que ahora aflorarán los efectos de la crisis financiera vivida la pasada primavera en EEUU y que tuvo secuelas en entidades europeas como Credit Suisse. Es cierto que la economía estadounidense presenta muy buenos fundamentales en sectores como su mercado laboral. Con todo, si la temporada de resultados es tan mala como se prevé, eso tendrá un efecto negativo en la marcha de los principales índices bursátiles de EEUU.