
Las empresas del Ibex acometerán este año desinversiones por un valor conjunto de más de 9.000 millones. Además, hay anunciados otros 4.500 millones en procesos de este tipo que se desarrollarán más adelante. Esta fiebre desinversora está lejos de ser caprichosa ya que obedece a un objetivo muy claro: generar recursos para que los mayores grupos empresariales reduzcan su deuda.
Las condiciones de financiación han dado un giro de 180 grados desde 2022, cuando el BCE inició una senda de incrementos de los tipos de interés que todavía no ha terminado. El nivel de endeudamiento actual del Ibex (2 veces sobre el resultado bruto) no es desproporcionado, pero conviene empezar a reducirlo y adaptarlo a las nuevas circunstancias.