
Repsol anunció en 2019 su intención de ser una compañía de emisiones netas cero en 2050. No fue un brindis al solo. Muy al contrario, la firma ya trabaja con el objetivo de reducir a la mitad para entonces su producción actual de hidrocarburo. Hasta 2030 la estrategia se enfoca en optimizar el portafolio, priorizando los pozos y el desarrollo de reservas más rentables para sacar a bolsa en 2026 su negocio de exploración y producción. A partir de 2030, Repsol espera una mayor producción de las compañías nacionales de petróleo a precios más bajos, lo que facilita alcanzar sus objetivos de descarbonización. Asimismo, seguirá impulsando los combustibles limpios y las renovables. En definitiva, una hoja de ruta clara que confirma el compromiso de la firma con la sostenibilidad.