Opinión

IA y automatización: las grandes aliadas de los despachos de abogados

Símbolos de la Justicia junto a un ordenador.

No es ningún secreto que los despachos de abogados y los departamentos legales de las grandes empresas forman parte de un sector que ha sido siempre muy tradicional, para los que la tecnología no era una prioridad. La forzada digitalización que trajo la pandemia ha obligado al sector legal -como a la mayoría de sectores- a "ponerse las pilas" y a evolucionar en sus modelos operativos para incorporar nuevas tecnologías que les ayuden a ser más eficientes y mejorar la experiencia de cliente.

Así es como han aparecido las denominadas legaltech, muy centradas en la automatización de procesos y que incluyen herramientas para la generación de contratos legales inteligentes o robots conversacionales avanzados.

Una de las tecnologías clave que está ayudando a los despachos a estar en la brecha es la automatización documental basada en inteligencia artificial. La automatización mediante IA permite a los abogados centrarse en tareas de mayor valor añadido, como la estrategia legal y la negociación.

La inteligencia artificial se usa, principalmente, para automatizar tareas repetitivas, como la revisión de documentos y la búsqueda de información relevante en casos legales. También se está utilizando para mejorar la eficiencia y la precisión en la toma de decisiones y para ayudar a los abogados a identificar patrones y tendencias en casos anteriores.

Los despachos pueden ahora llevar a cabo su trabajo de forma más rápida y eficiente de la mano de esta tecnología, que permite el tratamiento de grandes volúmenes de información jurídica. La clasificación y lectura automática de contratos, la identificación de clientes para la prevención de blanqueo de capitales o los procesos de Due Dilligence son algunos de los ámbitos que se benefician directamente de estas tecnologías. Se optimizan también formularios y plantillas inteligentes, contractuales y procesales, pero también de carácter administrativo y comercial. También destaca la lectura automatizada de documentos, que aporta un beneficio directo en aquellas áreas que requieren analizar un gran número de contratos y documentos en todo tipo de formatos y que llegan por distintos canales. Cada vez es más común, también, el uso por parte de despachos especializados de los chatbots para configurar las demandas a partir de las respuestas de los usuarios.

Sin duda, uno de los principales beneficios es la reducción de costes y tiempos, ya que automatizar las tareas repetitivas que consumen más tiempos a los abogados, lleva a poder reducir la burocracia y a aumentar la productividad de los equipos, que podrán cerrar un mayor número de procesos con los mismos recursos.

Tenemos claro que la inteligencia artificial y la automatización en los despachos de abogados son herramientas valiosas que pueden mejorar significativamente el trabajo de los profesionales del derecho. Parece que el sector está tomando conciencia de ello y ya estamos viendo cómo muchas de estas tecnologías están teniendo una rápida adopción en la mayoría de firmas y bufetes. El ecosistema legal ha pasado de plantearse si implementar o no todas estas tecnologías, a preguntarse cuándo y cómo. En un mundo tan cambiante como el nuestro, el que no innova se queda atrás por definición, deja de ser competitivo y es adelantado. Eso sí, hay que innovar con garantías, seguridad y tener los objetivos claros, sabiendo que la tecnología es la que se pone a disposición del negocio, y no al revés.

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