
Ferrovial afronta una junta decisiva para su futuro. El consejo de administración calibrará los apoyos de los accionistas al traslado de la sede a Ámsterdam para cotizar en la bolsa neerlandesa, primero, y en Wall Street, después.
La firma llega a la asamblea con un respaldo mayoritario de los inversores, que aprueban las motivaciones de la dirección para esta medida:ganar visibilidad internacional, sobre todo en Estados Unidos, su primer mercado, y rebajar los costes de financiación. Las condiciones establecidas en la operación, no obstante, propician que su consumación podría aún quedarse en el terreno de la incertidumbre hasta mediados de mayo si hay un porcentaje minoritario, pero relevante, del capital que vota en contra de la propuesta.