
Las hipotecas mixtas (con tipos fijos y variables) han pasado de ser un producto marginal a suponer ya hasta el 60% de la nueva contratación, tras ser promocionadas por los bancos.
Durante años este producto careció de demanda, pero ahora se plantea una situación financiera diferente. Por un lado, los clientes quieren coberturas frente a las subidas del euríbor. Sin embargo, a los bancos ya no les sale rentable ofrecerles tipos fijos durante toda la vida del préstamo. El punto de encuentro entre ambas posiciones lo brindan las hipotecas mixtas, ya que cuentan con tipos fijos por un tiempo limitado pero suficiente para que los clientes se blinden en el medio plazo ante el cambio de política monetaria. Todo apunta así a que la demanda de estas hipotecas está aún lejos de su techo.