Tener o no tener frecuencias, ésa es la gran cuestión que marca las diferencias entre las telecos con vocación de inversión y permanencia del resto.
Es decir, de aquellas compañías que renuncian a comprometerse en el futuro de sus negocios móviles y territorios. En el caso de Telefónica no hay dudas sobre su firme voluntad de disponer de espectro radioeléctrico para así personalizar sus ofertas y servicios. Por lo pronto, este año será agitado en cuanto a subastas de estos recursos, con cinco países latinoamericanos pendientes de licitar estos bienes públicos sobre los que se sustentan buena parte de la sociedad digital de nuestros días. De esta forma, la teleco española demostrará que también es peruana, argentina, uruguaya, colombiana y ecuatoriana.