Después de un año muy intenso en colocaciones de bonos, la emisiones de las empresas se han paralizado en los últimos 15 días. En concreto, se ha pasado de una media de 50.000 millones semanales a estar por debajo de 5.000 millones.
Este tipo de frenazos suelen darse en periodos ocasionales, como el cierre del año o el mes de agosto. De ahí que la parálisis actual responda claramente a la desconfianza que en el mercado se ha creado tras la caída del SVB y Signature en EEUU y los problemas de Credit Suisse y Deutsche Bank, en Europa. Una crisis que retrae a las empresas de salir al mercado a buscar capital. Esto unido al previsible endurecimiento de los préstamos de la banca pasará una elevada factura a la financiación de los negocios.