Opinión

Agricultura del carbono frente al cambio climático

  • Nathalie Chavrier, responsable técnica del sector Agroalimentario en CTA

La transformación de los sistemas agroalimentarios para ayudar a solventar los grandes retos de la sociedad a escala mundial, como él de la seguridad alimentaria y del cambio climático, recae, a nivel operativo, en manos de los principales actores de estos sistemas, que son las propias empresas del sector agroalimentario. Si bien todos los operadores de los sistemas agroalimentarios se ven afectados por esta necesaria transformación, no cabe duda que al sector de la producción primaria le toca el mayor peso de la implantación de los cambios a realizar en cuanto a sostenibilidad ambiental.

La agricultura y los agricultores son parte de la solución para mitigar el cambio climático y contribuir a alcanzar un balance de emisiones de CO2 cero en Europa en 2050, tal y como marca el Pacto Verde de la Comisión Europea. La agricultura regenerativa agrupa prácticas agrícolas y ganaderas que persiguen restaurar y conservar los recursos naturales a través de técnicas sostenibles como la rotación de cultivos, la integración de animales, la diversificación de cultivos y el uso de coberturas del suelo.

Precisamente estas son las prácticas que promueve la nueva Política Agrícola Común (PAC) 2023-2027 reforzando los mecanismos de "condicionalidad ambiental y climática" y de "eco-regímenes". Estas prácticas se encaminan a la consecución progresiva de una descarbonización de los sistemas productivos agroganaderos.

Esta descarbonización se tiene que medir en términos de balance de carbono. En el caso de los cultivos, las acciones a llevar a cabo para fomentar la descarbonización pasan no solo por fomentar una mejor salud y capacidad del suelo para retener carbono (efecto sumidero) sino también por reducir las emisiones de CO2 derivadas de las operaciones agrícolas y de los procesos de fabricación sus entrantes. La "agricultura del carbono" se presenta, por lo tanto, como una de las posibles respuestas al reto del cambio climático, pero se necesita todavía que la comunidad científica genere más conocimiento técnico para aterrizarla.

Labor de CTA

Proyectos de desarrollo e innovación tecnológica pueden contribuir a catalizar los cambios necesarios para la implantación del concepto de la agricultura del carbono. CTA financia proyectos de I+D+i liderados por empresas en colaboración con grupos de investigación públicos andaluces. El desarrollo de una herramienta de ayuda a la toma de decisiones que permita aplicar dosis variables de fertilizantes en una misma parcela en función de las necesidades del suelo o el desarrollo de un biofertilizante orgánico formulado a partir de cianobacterias del suelo fijadoras de nitrógeno son ejemplos de proyectos de I+D financiados por CTA.

Estos proyectos, enfocados a la reducción del uso de fertilizantes de síntesis, ilustran cómo tanto las tecnologías digitales como la biotecnología pueden contribuir al desarrollo y a la posterior adopción de nuevas prácticas agrícolas encaminadas a descarbonizar la agricultura.

Otros retos, como métodos de evaluación y seguimiento de la mitigación o estudio de la permanencia de la captura de CO2 en suelo y biomasa, deben ser abordados mediante proyectos de I+D+i para asentar el potencial de la agricultura de carbono como mitigadora del cambio climático a nivel global, y encaminar un marco regulatorio y de incentivación que sea beneficioso para todos los agricultores

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