Opinión

Formación Profesional, nueva realidad

Este curso se han matriculado en Formación Profesional 1.178.000 estudiantes, un 45,68% más que en el curso 2018-19, según datos del Ministerio de Educación y Formación Profesional. Nunca se había hablado tanto, ni había despertado tanto interés la FP. SÍ, "la FP está de moda" pero no es una casualidad, no ha surgido por "generación espontánea". Desde el primer momento el presidente Pedro Sánchez y su Gobierno señalaron la FP como una prioridad de su acción política. Considerándola una apuesta de país y un auténtico desafío de Estado, están impulsando y desarrollando la modernización del sistema integrado de Formación Profesional, conscientes de que gran parte del éxito futuro de nuestra sociedad va a depender del grado de formación y la capacidad de liderazgo ante los cambios que nos aguardan.

Porque la formación del capital humano es clave para el crecimiento de la economía y el aumento de la productividad. Pero no solo eso, a su vez, dentro de este proceso destaca algo urgente e irrenunciable por su importancia y por el destacado "mensaje social" que incorpora, la modernización de la Formación Profesional es un pilar imprescindible para la cohesión social

Una "revolución silenciosa" que se inició hace tres años con el I Plan Estratégico de la FP, siguió con la presentación del Plan de Modernización de la FP y finalmente, dando un salto de gigante, con la aprobación de la Ley Orgánica de Ordenación e Integración de la Formación Profesional que supone una profunda y radical transformación.

La nueva ley regula el conjunto de un sistema que ya no respondía a las necesidades del país y contempla como prioridades fundamentales la colaboración y participación de las empresas, la apertura a los órganos de participación de todos los sectores y la agilización de la respuesta de la FP a las necesidades de cualificación de cada sector productivo. Al mismo tiempo asume la Agenda 2030 y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible, que el Gobierno de España ha asumido para desarrollar un proyecto moderno de país y que exige un nuevo contrato social global.

Con su aprobación, el pasado mes de marzo, la LO de Integración y Ordenación de la Formación Profesional ha hecho que el desafio y apuesta de país del gobierno de Pedro Sánchez por la modernización de la FP se haya convertido en una gran oportunidad.

Porque la modernización de la FP no es solo la actualización de unas enseñanzas del sistema educativo; es el motor del cambio de modelo productivo, pieza angular para la sostenibilidad y el crecimiento económico del país. Y es algo más, se trata de poner los recursos y la formación profesional al servicio de todas las personas, de todas, de la manera más accesible y en cualquier momento de su vida. Oportunidad que se está convirtiendo en una nueva realidad del contexto formativo y laboral de nuestro país. Y lo ha hecho a través de tres condicionantes fundamentales que marcan favorablemente el desarrollo de su aplicación:

Unificando la formación profesional para el empleo con la FP educativa en un solo sistema para adecuar mejor la cualificación profesional a las demandas del mercado laboral. Poniendo en marcha un sistema de FP a lo largo de la vida flexible, accesible, acumulable y acreditable que está permitiendo a las personas certificar oficialmente su experiencia y, al mismo tiempo, favorecer el aumento de jóvenes que eligen estos estudios. Incrementando su asignación presupuestaria (2.397 millones para 2023), que supone un aumento desde el año 2021 de 821 millones.

Como mejor muestra para visualizar el impacto de la aplicación de la nueva ley y de la modernización de la FP destacan algunos datos: La creación de 210.000 nuevas plazas y conversión en bilingües de 1.235 grupos (37.000 plazas). La formación en reeskillings y appskillings para 247.400 trabajadores. La creación de una red de 50 centros de excelencia en FP, 1500 centros nacionales de capacitación digital, 212 aulas de tecnología aplicada y 1400 aulas de emprendimiento (450 de nueva creación). 1.178 millones para acciones formativas con desempleados, ocupados y en centros de referencia. La implantación de 125 Proyectos de Innovación. La creación de 180 simuladores y gemelos digitales.

Datos incontestables que certifican que, con la entrada en vigor de la nueva ley, el desafío y la oportunidad económica y social que representaba la Formación Profesional se han convertido en una ilusionante realidad.

Una ilusionante realidad que desde hace mucho tiempo imaginábamos y que, al igual que está ocurriendo en la actualidad con el desarrollo de la ley, solo podremos consolidarla y ampliarla si seguimos trabajando juntos empresarios, sindicatos y las diferentes administraciones para definir la vinculación entre las políticas de educación, formación profesional, de empleo y desarrollo económico. Porque no debemos olvidar que la nueva realidad de la Formación Profesional como apuesta estratégica de país dependerá de lo que seamos capaces de construir juntos.

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky