
La Fed cumplió con el guion previsto por los analistas con una subida de tipos menor a la que llevó a cabo en su última reunión.
En concreto, 25 puntos básicos frente a los 50 previos. Este descenso se explica por la caída gradual que está experimentado el IPC en EEUU, que cerró diciembre en el 6,5%, clavando las previsiones. Con todo, el banco central estadounidense relajó el exceso de optimismo de los inversores al avanzar que seguirá subiendo el precio del dinero (hasta 5% según el mercado) y lo mantendrá alto durante bastante tiempo. Argumenta su decisión en el hecho de que la inflación dista de estar normalizada. No en vano, la propia Fed la ve aún por encima del 3% en 2023. Esto obliga al organismo a mantener su agresividad para controlar los precios.