Opinión

España, destino inversor

La XII Edición del Spain Investors Day, la publicación del 15º Barómetro de Inversión Extranjera en España, o el evento "España, un mercado atractivo para la empresa japonesa" celebrado por Casa Asia en Barcelona, celebrados en tan solo una semana, son tres ejemplos del potencial que tiene España como destino inversor.

Poniendo el foco en las principales cifras, hace unos días, FDI Intelligence -publicación del Grupo Financial Times especializada en las tendencias que sigue la inversión transnacional a nivel global-, destacaba que, a pesar del delicado momento al que nos ha llevado el conflicto bélico que se está desarrollando en suelo ucraniano, la inversión extranjera en proyectos greenfield en España había llegado a en 2022 a su nivel más alto en toda la serie histórica, superando los 32.000 millones de dólares.

De acuerdo con la base de datos de FDI Markets, el pasado año 2022, España, fue el 5º país que recibió más proyectos greenfield de capital extranjero a nivel global, con más de 700 proyectos ejecutados.

Esta es una excelente noticia. Los proyectos greenfield son el tipo de proyectos de Inversión Extranjera Directa (IED) más interesantes desde un punto de vista económico, en la medida en que implican la construcción de nuevas instalaciones y la contratación de nuevos empleados.

España está, además, registrando resultados muy prometedores en las modalidades de inversión extranjera más avanzadas y productivas. De acuerdo con la misma fuente, en 2022, España fue el 3er mayor receptor mundial de inversiones greenfield en energías renovables, el 3er mayor receptor de proyectos greenfield del sector TIC y el 4º mayor receptor de proyectos que involucran actividades de I+D.

Estas cifras y tendencias son un síntoma más de que la economía española se encuentra en plena transición hacia un modelo productivo más competitivo, sostenible y adaptado a la doble transición verde y digital que van a constituir el motor de la economía europea en los próximos años.

La transformación de nuestra economía es necesaria para salvaguardar la prosperidad y el bienestar de los ciudadanos españoles y europeos, especialmente en el contexto actual de inestabilidad geopolítica y retos mundiales crecientes.

El Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia y los nuevos instrumentos comunitarios de financiación Next Generation son la primera palanca en ese proceso de transformación.

Las empresas españolas son la segunda palanca hacia la modernización de nuestro modelo productivo. España cuenta con un tejido empresarial comprometido con la sostenibilidad y con empresas líderes en sectores que, como la energía, la movilidad sostenible, la logística, las telecomunicaciones, la biotecnología o el sector agroalimentario, son claves para la transformación digital de nuestra economía, para la adaptación al cambio climático y la transición ecológica y para la consecución del resto de los objetivos contemplados en la Agenda 2030 de la ONU.

Nuestras empresas no solo son líderes en sus respectivos sectores, están muy internacionalizadas y son muy solventes en términos económicos y empresariales, sino que ejemplifican también el compromiso de la sociedad española con el futuro.

La tercera palanca hacia la transformación de nuestro modelo económico es la inversión extranjera. España ha sido tradicionalmente un destino muy atractivo para la inversión exterior. De acuerdo con UNCTAD, España es el 12º mayor receptor de IED a nivel global con un stock de cerca de 820.000 millones de USD. Hoy en día operan en nuestro país más de 18.000 empresas de capital extranjero, que crean alrededor de 1,7 millones de empleos.

España cuenta con una regulación muy favorable para la inversión internacional. De hecho, España es uno de los países más abiertos a la IED a nivel global. Según el ranking elaborado por la OCDE, FDI Regulatory Restrictiveness Index, España es el 9º país desarrollado más abierto, desde un punto de vista regulatorio, a la IED por delante de Alemania, Francia, Italia, Gran Bretaña, Estados Unidos o Japón.

España ha emprendido varias reformas para reducir las barreras de entrada de nuevas empresas, con procesos de registro más áglies y simplificación administrative para pymes.

En ese sentido, la "Ley Crea y Crece", en vigor desde hace unas semanas, pretende impulsar la creación de empresas y facilitar su expansión; y la "Startup Act" , situando a España a la vanguardia de Europa en el apoyo al ecosistema de startups innovadoras, busca atraer inversiones y talento.

Por otro lado, nuestro país cuenta con numerosos atractivos estructurales que le convierten es un destino idóneo para proyectos de inversión extranjera. En primer lugar, España cuenta con uno de los mercados domésticos más atractivos de Europa con más de 47 millones de potenciales consumidores, a los que hay que añadir las decenas de millones de turistas que visitan el país cada año.

Adicionalmente, el perfil altamente internacionalizado de la economía española, ha convertido a nuestro país en una interesante plataforma para realizar negocios internacionales. La posición privilegiada de España como Estado Miembro de la UE permite el acceso libre al mayor mercado mundial con casi 450 millones de habitantes.

Nuestro país, además, constituye una puerta de entrada óptima para obtener un acceso privilegiado a toda el área mediterránea, al norte de África y por supuesto a América Latina, región con la que nos unen profundos lazos económicos, históricos, lingüísticos y culturales.

España posee una mano de obra altamente cualificada, idónea para realizar en España actividades de alto valor añadido, ocupando el 3er puesto en la UE en términos de disponibilidad de personas con educación superior. Es también el 3er país de la UE con un mayor número de científicos e ingenieros y el 4º país con más personas empleadas en ciencia y tecnología, lo que pone de manifiesto la apuesta por el talento humano.

Precisamente, el tamaño del mercado y el capital humano son factores de enorme importancia para la inversión, y a la vez los aspectos del clima de negocios español más valorados por los inversores extranjeros.

Esa conclusión se extrae del Barómetro del Clima de Negocios en España desde la Perspectiva del Inversor Extranjero, que cada año elaboran ICEX España Exportación e Inversiones, junto con Multinacionales por la Marca España y el IESE, y cuya 15ª edición se presentó hace unos días.

En este informe se recoge la valoración y la importancia que otorgan más de 720 empresas de capital extranjero a los diferentes aspectos que integran el clima de negocios en España durante el ejercicio 2022. De acuerdo con los resultados de este Barómetro, el impacto del conflicto bélico en Ucrania ha sido alto o muy alto para un 50% de las empresas.

A pesar de ello, los inversores extranjeros mantienen su valoración y sus perspectivas de inversión en España; para 2023, resulta esperanzador comprobar que las previsiones de inversión de las empresas encuestadas se mantienen. Así, un 84% de las empresas encuestadas aumentaron o mantuvieron sus inversiones en 2022. Para 2023, el mismo porcentaje que en 2022, tienen previsto aumentar o mantener sus inversiones.

Es interesante subrayar que cada año es mayor la importancia que otorgan, en el Barómetro, los inversores extranjeros a la capacidad de innovación en España. En los últimos cuatro años esta importancia ha crecido un 26%.

Hace años pareciera que las ganancias de competitividad tenían que centrarse en la reducción de costes, incluidos los laborales; Hoy está claro que nuestra competitividad pasa por la apuesta por la tecnología, el talento y la productividad.

Las empresas extranjeras ya no realizan inversiones de bajo valor añadido en España, atraídas por costes laborales bajos; al contrario, nuestro país es ya atractivo en proyectos que implican un elevado nivel de gestión del conocimiento y la innovación, para lo que se necesita de la mano de obra llena de talento, cualificación, diversidad, experiencia y creatividad de la que disponemos en España.

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