
La media diaria de despidos durante los once primeros meses de vigencia de la reforma laboral supera en un 44,6% a la de 2021 y marca el máximo de un serie que se remonta a 2012.
Un incremento de las bajas de afiliación que, además, se da en los contratos indefinidos (donde se produce un aumento del 61,7%), mientras que en los temporales cae el 8,6%. El Gobierno argumenta este récord en el incremento de la contratación. Pero la realidad es que también responde a la incertidumbre económica. Se demuestra así que la normativa impulsada por Yolanda Díaz no ofrece garantías para que las empresas creen empleo. Esto debería hacer ver al Ejecutivo que la propaganda no cabe en un mercado laboral en el que aún queda mucho por hacer.